viernes, 29 de julio de 2011

¿Otro?

Todavía recuerdo el brote de Influeza AH1N1.

Esto viene a mi mente porque ahora resulta que ya tenemos un segundo caso de Sarampión en México, según informó ayer José Ángel Córdova Villalobos, el secretario de Salud federal.



Esta vez, contrario a la gripe de hace casi tres o cuatro años, no me he agobiado ni asustado.  No sé por qué.

Cuando lo de la influenza casi creo que me volví loca.  En esos ayeres seguía siendo una madre aprensiva y le tenía pavor hasta que le diera moquito a mi hijo.

En esos tiempos, aquí trabajaba una excelente doctora, Alejandra, mi gran amiga.  Ella tenía otro trabajo en un reconocido hospital de Monterrey y sus guardias se duplicaron, sus juntas eran casi creo que cada 20 minutos, así que teníamos la información sobre el tema de primera mano.

Dejamos de trabajar y Juan Pablo dejó de ir a la guardería como medida precautoria.

Realmente me enfermé mentalmente con la posibilidad de que nos enfermáramos de algo desconocido.  Recuerdo que me caía mal la gente escéptica, pues mi amiga Ale no podía engañarnos.  Los casos, según nos contaba, eran mucho mayores en número de lo que los medios informaban.  De hecho, su hermana enfermó de ese virus casi al final de la epidemia.

Ella nos consiguió con impresionante rapidez las vacunas suficientes para mí y toda mi familia, es decir, mi mamá, mis hermanos, mis cuñados, mis sobrinos y Juan Pablo y yo.

He leído poco sobre el brote de sarampión. Sólo sé que están vacunando a quienes viajaron o van a viajar a ciertos rincones del orbe.  Pero esta vez, no me quiero friquear, quiero tomarme las cosas ligeras y no adelantarme a los acontecimientos.

Cómo cambia uno al paso de los años. Ahora yo pienso como aquellos escépticos: no descarto que las autoridades quieran desviar nuestra atención para hacer artimañas sucias, de esas que se han acostumbrado casi en los últimos 100 años, a cargo de nuestras H. autoridades federales, estatales, municipales, etc.

Ahorita regreso, vamos a vacunarnos :D

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