domingo, 28 de abril de 2013

Martha

El viernes fue un día difícil para una gran amiga.

Ella se llama Martha y la conocí en el 2000, cuando entré a trabajar al periódico por primera vez.

Jueves y viernes la empresa dio una sacudida a una de sus secciones.  El primer día se fueron dos compañeros y al segundo tres.

Uno de ellos, de los del viernes, fue Martha.

Tanto qué contar sobre nuestra amistad.

Ella es una de esas amistades entrañables, como pocas.

Jamás olvidaré aquella vez que mi dolor la dobló y se unió a él de tal forma que sus lágrimas recorrieron su mejilla. 

Le dolía el dolor de su amiga.

Siempre ha estado ahí, en las buenas y en las malas.

A mí también me tocó acompañarla en la única decepción amorosa que sufrió y en el día más importante, su boda y ya para que yo vaya a la boda de alguien es porque realmente es alguien importante y valioso para mí.

Ella dejó atrás el viernes más de 15 años de labor.

No conozco mujer tan trabajadora y responsable como ella.  Jamás, y cuando digo jamás es JAMÁS, la vi perdiendo el tiempo platicando con alguien personalmente o por teléfono, ni navegando en internet, ¡nada!

Ella siempre fue un gran elemento, siempre dedicada a sacar adelante la tarea (muy tediosa) que le tocaba desempeñar aquí con nosotros.

Ese día me llamó a medio día y me comunicó que se sentía mal, que le había tocado ser parte del recorte de personal.

Pensé que a mi llegada por la tarde no la encontraría, pero no, tuve la fortuna de darle un abrazo y recordarle cuánto la quiero y que cuenta conmigo para lo que sea.

Esto no es el fin de nuestra amistad.  Ese cariño ha estado intacto pese a los 7 años que estuve fuera del medio.

Realmente extraño sus pasos cortos en la redacción, extraño que venga a saludarme hasta mi lugar y preguntarme con mucho interés cómo me siento y cómo voy con mis asuntos.

Ella está casada con un buen hombre que la ha hecho tan feliz como merece y ahora su plan es dedicarse a su hogar y buscar el hijo que no ha tenido y tanto anhela.

En verdad, ella me dio una lección de cómo debe ser una amistad incondicional y sincera.

Se que a partir de ahora ella estará feliz, disfrutando de una nueva etapa en su vida.

... Más de lo normal...


Por eso aún duele...



domingo, 21 de abril de 2013

Cambios y más cambios

El viernes estaba sumamente deprimida.

La depresión es uno de los efectos de la hormona prescrita por mi ginecóloga, así que los cambios de humor, de por sí complicados en mi carácter, ahora están más fuertes que nunca.

Ese día, me dio por cambiar la imagen de este espacio.

Digamos que me gusta a secas, porque la realidad es que el diseño original ya me tenía aburrida.

Acepto críticas, sugerencias y demás.

Paco, un amigo de Guadalajara al que aprecio mucho, ha tenido problemas para ver la totalidad de las entradas (posts) de mi blog.

¿Alguien más tiene problemas?

¿Voy bien con el diseño o me regreso?

Seguí con la tónica de reservarme el derecho de publicar comentarios, candado que puse alguna vez que escribieron cosas hirientes y ofensivas.

Con ese candado -cultura general- lo que me hagan el honor de escribir primeramente llega a mi correo y desde ahí lo subo en cuanto los leo.

Gracias por leerme y por estar... aunque la mayoría no diga nada agradezco la atención a este rincón de mi vida.


miércoles, 17 de abril de 2013

No es queja...

Es... ¿sorpresa?

De febrero a este día mi vida ha dado un giro inesperado.

Cuando sufrí el golpe a mi patrimonio, me di cuenta que perder a S era aún más duro que eso...

Hoy, cuando la mala fortuna, el turno, el descuido, o el designo de Dios, mi salud se ve fuertemente mermada, me doy cuenta que esto es mucho más importante que esos dos hechos que me rompieron mis esperanzas y mi futuro que entonces creía prometedor.

Ya en posts anteriores conté aquí lo difícil para mí que ha sido ser mujer, desde la menarquía hasta la espera de Juan Pablo por tratarse de un embarazo de alto riesgo y hoy, otra vez las cuestiones anatómicas femeniles vuelven a darme un golpe bajo, pero que, ahora sí, me tienen con mucho pendiente.

Ha sido una semana difícil.

El lunes 8 de abril llegó mi periodo normal, con algo de dureza en cuanto al SPM, andaba muy sensible, los pechos me dolían de más, etc.

El jueves 11, en lugar de disminuir el flujo, aumentó considerablemente acompañado de grandes coágulos, pensé que pasaría pronto hasta que la intensidad y el malestar me hicieron acudir el domingo a urgencias del IMSS para ver qué pasaba.  Había gastado del viernes al medio día de ese domingo 42 toallas femeninas.

Me atendieron bien, a secas, en el sentido de que me revisaron bien, pero no me dieron un diagnóstico. Me hicieron tacto, me auscultaron con un espejo y me retiraron manualmente gran cantidad de coágulos y luego me sometí a un eco vaginal.

Me dieron un medicamento para "ayudarme a disminuir la hemorragia, pero que de todas formas consultara a mi ginecóloga particular".

Así que salí de ahí pegada al teléfono hablando con la doctora, quien me pidió no tomar el medicamento recetado por los médicos del seguro y que me presentara a primera hora en su consulta en un hospital particular.

Me hizo unas preguntas y me realizó exactamente el mismo procedimiento que en el IMSS, así que volví a lastimarme un poco.

No sé qué vería.  La verdad, no quise preguntar, primero porque estaba sola en el hospital y con un miedo terrible a una mala noticia y luego porque asumí que al final de todo el proceso me daría un diagnóstico.

Después del tacto, la auscultación con espejo y el eco vaginal, me sugirió someterme a una histerectomía, es decir, extirparme la matriz dejando solamente los ovarios para que estos ayuden a no sufrir una menopausia prematura y sus achaques.

Luego de hacerle preguntas me dijo que lo pensara y lo considerara, pero que el siguiente paso, dado la emergencia de detener las intensas hemorragias, ella necesitaba hacer una biometría hemática para ver si no estaba anémica por la pérdida de sangre, así como un legrado para detenerla y una biopsia del endometrio para analizar tejidos.

Sentí que una descarga eléctrica me sacudía completa.  Obviamente pensé "cáncer"...

Subí a otro piso en donde me prepararon y la esperé una hora. Tenía muchas pacientes.

Inició el procedimiento.

Simplemente no puedo describir el dolor físico que me provocó.  Es sumamente doloroso tanto la biopsia como el legrado sin anestesia.

Me dijo que si no me relajaba ella no podría terminar su trabajo, pero lo más importante, no podría detener las fugas de sangre considerables que estaban poniendo en riesgo mi vida (literal).

Sentí durante esos largos minutos, como si me estuvieran arañando las entrañas.  Ni las amenazas de parto o de aborto mientras esperaba a Juan Pablo, fueron tan dolorosas como éstas.

Ella observó a contra luz el tejido que extirpó de mi lastimado endometrio mientras el líquido que haría las veces de conservarlo rápidamente se teñía de rojo.

Ella salió y se quedaron conmigo una residente y una enfermera dado a que yo me presenté sola al hospital.

Comencé a llorar como una niña.  Primero por el dolor y luego por el temor de que algo grave esté viviendo.

Me sentía inmensamente sola, descobijada.

Le envié un mensaje a S diciéndole lo que estaba pasando y su respuesta fue el silencio.  Más desprotegida me sentí.  ¿El qué tenía qué ver en todo esto, verdad?

El dolor siguió por lo menos cinco minutos más después de que salió la doctora de ahí.  Regresó en cuanto mis estudios de sangre estaban listos.

Increíblemente, no estaba anémica y me recetó hormonas.

Los resultados de la biopsia y un papanicolau que practicó aprovechando que ya me tenía en la plancha, me los dan en 20 días.

Me he sentido sumamente débil, nauseosa, inflamada, adolorida.

Hace rato la llamé y le dije que sigo desechando sangre, pero en mucho menor cantidad.

Dice que es normal y que continuara mi tratamiento por 21 días.  A ella la veré el lunes.

Ya hasta he pensado a quién decirle que acompañe a mi Juan Pablo y mamá a Cancún.  Siento que no estoy bien para hacer ese viaje y me dolería en el alma que él se lo perdiera.

Me da miedo que esto vuelva a pasar porque ella dice que es muy probable que esto suceda.  No podré soportar verme otra vez así y sufrir un procedimiento igual.

Me he estado informando sobre la histerectomía, sobre todo lo que esto implica y sus consecuencias.
Me dicen que te incapacitan por 42 días y pasas al menos 5 hospitalizada, ¿Y Juan Pablo y sus tareas y sus cosas?

Dicen que una de ellas es que la vida sexual cambia y me entristece.  Bah! Como si yo tuviera con quién realizar esa parte de mi vida y como si se me antojara sentirme amada en ese sentido ahora que me está llevando la chingada.

Les pido sus buenas vibras y oraciones.

Realmente tengo mucho miedo de que sea algo malo. El semblante de la doctora no es muy animado, está más bien a la espera del diagnóstico.

Lo que hizo fue solo el plan emergente de detener el sangrado.  Esperemos en Dios que no sea cáncer.  Tengo muchas cosas qué hacer con mi hijo y siento que esta semana me ha envejecido literalmente.  En verdad, no tengo ánimo de nada.





lunes, 8 de abril de 2013

¡Qué cosas!

Por increíble que parezca, S ha entrado no más de una vez a este espacio y lo hizo cuando recién fue creado.

No sé, como que prefería no enterarse de lo que aquí escribo yo, sabe Dios por qué.  La verdad, nunca lo entendí, no le pregunté y sí me dolía su indiferencia por este blog porque indirectamente la indiferencia era hacia una parte de mi vida, de la vida de la que entonces, se supone, era su pareja.

Así que lo que yo diga o no de él aquí, las miles de formas que yo encuentre para vomitar lo que siento con respecto a él, él ni enterado está. 

Seguro ya ni la liga tiene.  Lo conozco tan bien, que seguramente ya borró mis correos, mis mensajes y hasta mis teléfonos de sus aparatos y su memoria.

Tengo aproximadamente tres semanas de no saber absolutamente nada de él.

Aún y cuando terminamos hace dos meses, todavía nos aventamos semanas de agobiantes diálogos diarios por horas y horas, ya sea por SMS, mails y teléfono, sin que llegaramos a nada.

En ese tiempo que hablamos después de terminar la relación, nunca le pedí que volviéramos y él tampoco.  Digamos que no llegamos a ningún acuerdo que nos conviniera a ambos para seguir manteniendo siquiera una relación de amistad.

Se desgastó tanto la relación de "amigos" post al truene, que yo terminé harta y él seguramente también.

Aún lo recuerdo con tristeza. Por momentos lo extraño.  Hoy, por ejemplo, noté que hace muchísimos días él no había sido mi primer pensamiento al despertar y volvió a aparecerse en mi mente apenas abrí los ojos en la mañana luego de dormir tan sólo tres horas por la noche.

Me dio coraje y tristeza que otra vez se adueñara de un espacio de mi mente.

Hace rato pasó algo extraño.

Una amiga colega, que apenas estoy tratando, me dijo que se lo había encontrado hoy en un evento.

De inmediato mi pregunta fue: ¿Y cómo está?

No me la respondió en ese momento, pero en el transcurso de la breve conversación, me dijo que lo veía relajado.

No sé explicar lo que sentí y siento sobre la percepción de esta amiga en la persona de S.

Justo antenoche le preguntaba a mi amigo Diego, quien aunque es muy joven es un tipo muy inteligente y centrado y ha sido un gran apoyo para mí en los momentos difíciles de mi duelo, pues me levanta de la depre con dureza, diciéndome la verdad de las cosas en una forma que me hace despertar, a veces rápido y a veces días después.

Le preguntaba que qué creía él que sintiera o pensaba S al no saber de mí, porque yo tampoco lo he buscado por mensajes y mucho menos con llamadas o en persona.

Me dijo:  Pues yo creo que le ha de valer madre...

Todo esto lo escribo porque estoy HARTA del vaivén de sentimientos en mi corazón.

Por ejemplo, cuando lo extraño, conscientemente me recuerdo las cuatro o cinco frases hirientes y humillantes que me dijo durante esos tiempos que hablamos inútilmente cuando terminó la relación.

Hubo luego algo o alguien que se convirtió en mi ancla para sostenerme y no undirme en el dolor, pero ese alguien, aunque se que sólo es un gran amigo, de pronto pone barreras muy justificables y se aleja más y vuelvo a caer en la soledad.

Él no sabe que sólo es eso: un apoyo, un hombro, un brazo para sostenerme y sonreír.

Ahora mismo estoy encabronadísima porque tengo muchas ganas de llorar.  Ya no sé si sea bueno o no enterarme del más mínimo detalle sobre él.

Saber de S de la forma que lo supe me lastimó.  Debo reconocerlo.

viernes, 5 de abril de 2013

El Tío

Los últimos años por razones familiares y laborales me he inmiscuido en el mundo biker y chopper.

Mi hermano es fundador de un motoclub local llamado Dark Side Bikers desde hace casi 9 años.

Conozco a casi todos sus integrantes y con algunos de ellos he mantenido una relación un poco más estrecha que con otros.

Y así, he conocido a otros amantes de los caballos de aceros de otros motoclubes.

Para mí ha sido una gran enseñanza tenerlos cerca de alguna u otra forma.

Primeramente, son una comunidad sumamente entusiasta y altruista.

Se respira en realidad un ambiente de camaradería, amistad y humildad en casi todos los grupos.

Enfocándome a los darketos puedo decir que me gustan como amigos de mi hermano.

Cuando él era chico siempre fue muy reservado y serio e involucrarse en este mundo, creo yo, le ayudó a cambiar esa forma de ser, pues, aunque sigue siendo celoso de su vida privada con su familia -lo cual es correcto- le ha ayudado a ser más sociable y a crear y mantener amistades realmente duraderas y entrañables.

He hecho algunos reportajes de algunos motoclubes y de sus eventos y por ello he tenido la fortuna de conocer esta cultura más a fondo.

A raíz de mi acercamiento con este mundo, siempre se me pone la piel chinita cuando algún motociclista fallece en un accidente cuando hacía lo que más disfrutaba: rodar en el asfalto en su caballo de acero.

Casi todos los grandes eventos de este tipo al que acuden la mayoría o la totalidad de los motoclubes regios, siempre guardan un momento especial en el que se recuerda con imágenes a los motociclistas caídos, incluso ambientando el momento con música de gaitta.

Desgraciadamente, hoy les tocó a los darketos perder a uno de sus miembros.

Ayer, a las 2:00 horas, dejó este mundo Martín Montalvo "El Tío", uno de los fundadores del motoclub al que pertenece mi hermano.



"El Tío" vivía de ser agente de tránsito en Monterrey y el 6 de marzo, antes de las 7 de la mañana estaba en el punto en el que le correspondía salvaguardar la integridad de estudiantes en una zona escolar cuando un automovilista lo arrastró cientos de metros que le costó serias lesiones.

Pasaron 30 días difíciles para su familia, pues la cabeza de la misma estaba muy grave en el hospital tratando de recuperarse.

Este motociclista era padre de tres pequeños, el más chico de tan sólo dos años de edad y debido a que ellos no contaban con apoyo familiar para el cuidado de los niños, los del Dark Side dieron otra lección de compañerismo al cuidar a su querido Tío día y noche en turnos, mientras la esposa del motociclista cuidaba y aligeraba el momento a sus pequeños.

Martín pasó la mayor parte del tiempo en coma o con medicamentos que lo adormilaban para que no intentara arrancarse las sondas que los médicos le colocaron para su recuperación.

Se necesitaron 30 donadores de sangre en dos ocasiones en las que los bikers mostraron nuevamente su solidaridad para que El Tío se restableciera pronto.

Ayer fue jueves.  Los jueves los darketos se reunían como desde hace nueve años.  Fue el día que Martín fue llamado al cielo.  Ése fue su  último viaje, el que no tiene regreso.

Llegué a la 1 de la mañana y mamá me recibió con la triste noticia.

Hoy, el cortejo fúnebre que llevaba los restos de este biker comprometido y que era escoltado por sus inseparables camaradas, compañeros tránsitos y otros familiares y amigos recorrieron las calles de mi colonia, pues ahí es donde se llevan a cabo la mayor parte de las reuniones del Dark Side.

Fue la última vez que pasó por esas calles y lugares en las que seguramente vivió momentos inolvidables para él.

Los próximos 13 y 14 de abril, Dark Side Bikers rendirá un merecido homenaje a su querido Tío en los festejos de su noveno aniversario que, sin duda, tendrá un ambiente de dolor, pero también de agradecimiento infinito por las enseñanzas que seguramente dejó en cada uno de sus integrantes y en quien lo conoció.

Que en paz descanse este hombre que realmente conoció el verdadero significado de la hermandad y que pronto encuentre resignación su familia.

Una vez más, sigue siendo para mí incomprensible la muerte joven.  El Tío se fue de este mundo a sus 38 años de edad.

Tal vez a él no le gustaba esta rola, pero no sé por qué cada que la escucho recuerdo lo poco o mucho que he conocido del ambiente que viven los bikers de corazón.









jueves, 4 de abril de 2013

No se lo pierdan

No hace mucho tiempo, comenzó a llamarme la atención algo que, siendo más joven, pensaba: el día que me interese asistir a uno de esos eventos, entonces deberé preocuparme.
Se trata de un baile llamado Rolando los Años, y que justamente en este 2013 estará celebrando sus primeras tres décadas de divertir a varias generaciones y es organizado por un afamado y prestigioso locutor de radio, Poncho Saldaña.

Este evento se lleva a cabo en un salón de fiestas que en mis años era uno de los más solicitados por la clase media alta y alta para celebrar ahí acontecimientos sociales como XV Años y Bodas, el Club de Leones Monterrey.
Cuando me llamó la atención yo tenía pareja, de la que les he hablado en todo este tiempo, y me aguantaba las ganas de ir porque él no quería pararse ahí y por ese "respeto" a mi pareja me resigné a esperar otro momento para asistir.

Saldaña aprovecha su espacio en la estación de radio que escucho, que es Classic 106.9, de FM, así que escucharlo a él decir qué grupos locales estarían rindiendo tributos a bandas como Creedence, Guns n' Roses, Iron Maiden y hasta Maná, así como las horas y horas en que las parejas pueden bailar rolas del recuerdo, hacían que me llamara mucho más la atención, aunque me resistía el hecho de entender que "había llegado mi hora" de ir a estos bailes.
Durante las primeras semanas del truene con S, asistí por primera vez.
No me gustó tanto, además de que mi amiga Pily, con quien he acudido las únicas dos veces, acostumbra dormir temprano, así que aquella primera vez fue un fiasco, pues nos retiramos del lugar a las 11 de la noche y no me quedó buena impresión del evento porque ni tiempo tuve de disfrutarlo.
En Rolando los Años se baila música disco, rock, pop y es un viaje musical en las décadas de los 70's, 80's, 90's y principios de los 2000.
Hace 15 días volvimos a ir y fue una cosa totalmente distinta.
Para comenzar, me encontré con dos amigos feisbuqueros, que me dio gusto verlos, pero la sorpresa de la noche fue reencontrarme con un querido amigo de la Prepa, Armando Samaniego, a quien tenía muchísimos años de no ver, aunque sólo nos saludamos e intercambiamos teléfonos.
Tuve que beberme un par de cervezas para armarme de valor y aceptar las invitaciones a bailar, pues la última vez que lo hice fue en mi boda en el 2004 y antes de eso la última vez fue por ahí de 1997.
A Rolando los Años igual van parejas reales, como parejas de baile, mujeres y hombres solos, de todas las edades.
Luis fue la persona que conocí esa noche, un tipo bastante agradable, bailamos casi todo el tiempo y me divertí muchísimo. Él ahora es un buen amigo sin miras a nada más.
No lo he vuelto a ver, aunque sí me ha buscado, pero ahorita no estoy en condiciones más que de divertirme.
Este evento es como un XV Años, es el mismo ambiente familiar y divertido.

Me gusta ir porque ves gente feliz.
La pista la dividen en dos partes.

De un lado, varios hombres vestidos de forma estrafalaria y de las épocas aquellas del mundo disco, dirigen coreografías sumamente complicadas para mí, que soy nueva en esto, pero que te divierte ver la sincronía de las decenas de gente que siguen perfectamente sus pasos.

Del otro lado, están las parejas, así como hombres y mujeres bailando en grupo y los típicos hombres y mujeres que no se animan a sacar a una dama o aquellas que, como yo, no se atreven a dar el sí a pasar una noche moviendo el esqueleto.
La verdad, me gustó mucho y sospecho que seré una cliente asidua a este tipo de eventos.

El próximo 19 de abril será el próximo evento. 

Debo reconocer que en el Messenger de mi Blackberry llevo el conteo de días para la fecha, junto con el partido de Semifinal de la Concachampions que veré en vivo con mi hijo en el Estadio del Tec la próxima semana y las merecidas vacaciones en Cancún programadas para el 10 de mayo, primero Dios.