miércoles, 17 de abril de 2013

No es queja...

Es... ¿sorpresa?

De febrero a este día mi vida ha dado un giro inesperado.

Cuando sufrí el golpe a mi patrimonio, me di cuenta que perder a S era aún más duro que eso...

Hoy, cuando la mala fortuna, el turno, el descuido, o el designo de Dios, mi salud se ve fuertemente mermada, me doy cuenta que esto es mucho más importante que esos dos hechos que me rompieron mis esperanzas y mi futuro que entonces creía prometedor.

Ya en posts anteriores conté aquí lo difícil para mí que ha sido ser mujer, desde la menarquía hasta la espera de Juan Pablo por tratarse de un embarazo de alto riesgo y hoy, otra vez las cuestiones anatómicas femeniles vuelven a darme un golpe bajo, pero que, ahora sí, me tienen con mucho pendiente.

Ha sido una semana difícil.

El lunes 8 de abril llegó mi periodo normal, con algo de dureza en cuanto al SPM, andaba muy sensible, los pechos me dolían de más, etc.

El jueves 11, en lugar de disminuir el flujo, aumentó considerablemente acompañado de grandes coágulos, pensé que pasaría pronto hasta que la intensidad y el malestar me hicieron acudir el domingo a urgencias del IMSS para ver qué pasaba.  Había gastado del viernes al medio día de ese domingo 42 toallas femeninas.

Me atendieron bien, a secas, en el sentido de que me revisaron bien, pero no me dieron un diagnóstico. Me hicieron tacto, me auscultaron con un espejo y me retiraron manualmente gran cantidad de coágulos y luego me sometí a un eco vaginal.

Me dieron un medicamento para "ayudarme a disminuir la hemorragia, pero que de todas formas consultara a mi ginecóloga particular".

Así que salí de ahí pegada al teléfono hablando con la doctora, quien me pidió no tomar el medicamento recetado por los médicos del seguro y que me presentara a primera hora en su consulta en un hospital particular.

Me hizo unas preguntas y me realizó exactamente el mismo procedimiento que en el IMSS, así que volví a lastimarme un poco.

No sé qué vería.  La verdad, no quise preguntar, primero porque estaba sola en el hospital y con un miedo terrible a una mala noticia y luego porque asumí que al final de todo el proceso me daría un diagnóstico.

Después del tacto, la auscultación con espejo y el eco vaginal, me sugirió someterme a una histerectomía, es decir, extirparme la matriz dejando solamente los ovarios para que estos ayuden a no sufrir una menopausia prematura y sus achaques.

Luego de hacerle preguntas me dijo que lo pensara y lo considerara, pero que el siguiente paso, dado la emergencia de detener las intensas hemorragias, ella necesitaba hacer una biometría hemática para ver si no estaba anémica por la pérdida de sangre, así como un legrado para detenerla y una biopsia del endometrio para analizar tejidos.

Sentí que una descarga eléctrica me sacudía completa.  Obviamente pensé "cáncer"...

Subí a otro piso en donde me prepararon y la esperé una hora. Tenía muchas pacientes.

Inició el procedimiento.

Simplemente no puedo describir el dolor físico que me provocó.  Es sumamente doloroso tanto la biopsia como el legrado sin anestesia.

Me dijo que si no me relajaba ella no podría terminar su trabajo, pero lo más importante, no podría detener las fugas de sangre considerables que estaban poniendo en riesgo mi vida (literal).

Sentí durante esos largos minutos, como si me estuvieran arañando las entrañas.  Ni las amenazas de parto o de aborto mientras esperaba a Juan Pablo, fueron tan dolorosas como éstas.

Ella observó a contra luz el tejido que extirpó de mi lastimado endometrio mientras el líquido que haría las veces de conservarlo rápidamente se teñía de rojo.

Ella salió y se quedaron conmigo una residente y una enfermera dado a que yo me presenté sola al hospital.

Comencé a llorar como una niña.  Primero por el dolor y luego por el temor de que algo grave esté viviendo.

Me sentía inmensamente sola, descobijada.

Le envié un mensaje a S diciéndole lo que estaba pasando y su respuesta fue el silencio.  Más desprotegida me sentí.  ¿El qué tenía qué ver en todo esto, verdad?

El dolor siguió por lo menos cinco minutos más después de que salió la doctora de ahí.  Regresó en cuanto mis estudios de sangre estaban listos.

Increíblemente, no estaba anémica y me recetó hormonas.

Los resultados de la biopsia y un papanicolau que practicó aprovechando que ya me tenía en la plancha, me los dan en 20 días.

Me he sentido sumamente débil, nauseosa, inflamada, adolorida.

Hace rato la llamé y le dije que sigo desechando sangre, pero en mucho menor cantidad.

Dice que es normal y que continuara mi tratamiento por 21 días.  A ella la veré el lunes.

Ya hasta he pensado a quién decirle que acompañe a mi Juan Pablo y mamá a Cancún.  Siento que no estoy bien para hacer ese viaje y me dolería en el alma que él se lo perdiera.

Me da miedo que esto vuelva a pasar porque ella dice que es muy probable que esto suceda.  No podré soportar verme otra vez así y sufrir un procedimiento igual.

Me he estado informando sobre la histerectomía, sobre todo lo que esto implica y sus consecuencias.
Me dicen que te incapacitan por 42 días y pasas al menos 5 hospitalizada, ¿Y Juan Pablo y sus tareas y sus cosas?

Dicen que una de ellas es que la vida sexual cambia y me entristece.  Bah! Como si yo tuviera con quién realizar esa parte de mi vida y como si se me antojara sentirme amada en ese sentido ahora que me está llevando la chingada.

Les pido sus buenas vibras y oraciones.

Realmente tengo mucho miedo de que sea algo malo. El semblante de la doctora no es muy animado, está más bien a la espera del diagnóstico.

Lo que hizo fue solo el plan emergente de detener el sangrado.  Esperemos en Dios que no sea cáncer.  Tengo muchas cosas qué hacer con mi hijo y siento que esta semana me ha envejecido literalmente.  En verdad, no tengo ánimo de nada.





4 comentarios:

  1. orale que fuerte, de verdad deseo de todo corazon que todo salga bien y te mando mi apoyo y buena vibra, se que es dificil pero tu puedes superar esto animo.

    aqui andamos.

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  2. Amiga eres una mujer de fé y sé que pronto recuperarás la salud. Te quiero mucho, comparto contigo esta lectura que me ha hecho reflexionar. Eres una guerrera

    LOS 3 ESCALONES DE LA EVOLUCIÓN PERSONAL.

    La vida siempre plantea retos. Pero es más importante como ves esos retos.
    Las personas durante su vida, pasan por tres escalones, los llamaremos “Los 3 escalones de la evolución personal”. Aquí no te puedes brincar de un salto para llegar del primero al tercero. Tienes que pisar por cada uno. Hay personas que se quedan para siempre en el primer o segundo escalón. Tu desafío, como en un juego de play station, es llegar al tercero.
    Estos son los tres escalones de la evolución personal:

    1.- Sufrir. “¿Por qué Dios no se apiada de mi?” “¿Por qué las personas son tan malas?” “¿Por qué me tiene que pasar esto a mi?”. Esta forma de pensar cierra todas tus posibilidades de crecer. Hace que te encierres en un círculo vicioso de tristeza, del que rara vez escapas durante tu vida.
    2.- Aprender de las derrotas. Es la mentalidad de “¿Qué puedo aprender de esto que me está pasando?” “¿Qué puedo hacer al respecto?”.
    Este es el segundo escalón de la evolución personal.
    Superas la mentalidad de sufrir y comienzas a crecer. Pero este escalón solo es una verdad a medias. Si te quedas en él, serás una luchadora incansable que se enfocará en el éxito desde el punto de vista social: dinero, casa, familia, etc. Y tarde o temprano durante tu vida, en especial cuando estés a punto de llegar a la vejez, te darás cuenta que has estado pedaleando en el vacío “¿Qué sentido tiene todo lo que estoy haciendo? Algo me falta”.
    Pero si luchas con tenacidad por encontrar la respuesta, tarde o temprano subirás al tercer escalón...
    3.- El propósito de tu vida. Llegarás a ver tu vida, no como un mero accidente, sino como una misión de vida que tienes que llevar a cabo.
    Te voy a pedir que retrocedas en el pasado 10 años. Y veas como cada una de las acciones de tu vida, te llevaron cuidadosamente al momento que estás viviendo hoy.
    Verás con claridad que cada persona y circunstancia de tu pasado, parecen acomodarse como si fueran piezas de un rompecabezas.
    Descubrirás que el que te despidieran de tu trabajo, te obligó a ir por sendas que ahora estás muy agradecida. Comprenderás que el que tu novio te dejara, te llevó a conocer al hombre de tu vida con el que actualmente estás casada. Cada hecho está ligado con el siguiente.
    Cuando llegues al tercer escalón, el éxito social será secundario para ti.
    Al contrario de las personas que están en el escalón 1 y 2, que se enfocan en recibir, cuando estés en el escalón 3, te concentrarás en dar.
    Tu vida será una mágica aventura. Vivirás en el presente, preguntándote que tiene que ver determinada persona o circunstancia con tu misión.
    La única forma de que seas feliz plenamente, es estando en el escalón 3.
    En el 1, imposible. En el 2, es un parche, solo de forma temporal te sentirás bien mientras recibes aprobación de los demás por tu éxito social. Solo en el escalón 3 encontrarás sentido a tu vida. Porque sabrás que no estás por accidente.
    Sabrás que tu vida tiene un propósito.
    Cuando cambies de enfoque interior para buscarlo, los maestros aparecerán para enseñarte lecciones y dirigirte a cumplir tu misión.
    Pueden presentarse en la forma de un amigo, un niño o una nota en el periódico que por arte de magia aparecerá.
    No es coincidencia. Recibirás pistas a lo largo de tu vida, que te dirán que hacer. Solo mantente alerta y sigue tu intuición.
    Así que recuerda: solo cuando estés en el tercer escalón de la evolución personal experimentarás esa sensación interior de plenitud. Tu vida tiene un propósito y tu tarea es descubrirlo.
    Y tú ¿En que escalón te encuentras?

    Autor Desconocido.

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    1. Gracias, Monse...
      Es increíble cómo a pesar del tiempo y las circunstancias ha sobrevivido tanto nuestra amistad.
      Siempre has estado presente en los momentos clave, tristes y felices, de mi vida.
      Por eso y más estoy eternamente agradecida por la forma en que llegaste a mi vida.
      Te quiero, manita.

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  3. hola Elena,hacía algo de tiempo que no entraba por aqui porque he tenido demasiadas ocupaciones, pero aqui estoy para darte ánimos y palabras de aliento. No eres la única que pasa por esta situación,tengo una prima de 37 a la que pronto le quitarán la matriz,la diferencia entre ella y tu , es que ella no ha tenido hijos y ésto le duele demasiado. Cuando pensamos que nustra cruz es demasiado grande, es bueno voltear a dar un vistazo a la cruz de los demás... nos sorprenderemos al darnos cuenta que la nuestra pesa menos. Y siempre sirve de consuelo saber que otras mujeres jóvenes han pasado por lo mismo,es decir,cuando yo tuve un problema de salud bastante serio y pensé que no tendría las fuerzas para sobrellevarlo,al saber que otros y otras habían pasado por lo mismo o por cosas peores pensé "Si Dios les dió fortaleza a ellos,seguro lo hará conmigo" . Deseo que todo salga bien y que tengas una larga vida para que la pases al lado de tu hijo, él es quien más te necesita. Dice la biblia que "Aunque me dejasen mi Padre y mi Madre,con todo Jehová no me abandonará" viene en Salmos pero no recuerdo la cita exacta. Sé que tu mamá no te está dejando pero te lo pongo para que no te sientas desprotegida, no estás sola, Dios está contigo. Tabmbién dice la biblia "Pide y se te os dará", así que a pedir salud amiguita. Un fuerte abrazo, Diana Salazar.

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