lunes, 8 de abril de 2013

¡Qué cosas!

Por increíble que parezca, S ha entrado no más de una vez a este espacio y lo hizo cuando recién fue creado.

No sé, como que prefería no enterarse de lo que aquí escribo yo, sabe Dios por qué.  La verdad, nunca lo entendí, no le pregunté y sí me dolía su indiferencia por este blog porque indirectamente la indiferencia era hacia una parte de mi vida, de la vida de la que entonces, se supone, era su pareja.

Así que lo que yo diga o no de él aquí, las miles de formas que yo encuentre para vomitar lo que siento con respecto a él, él ni enterado está. 

Seguro ya ni la liga tiene.  Lo conozco tan bien, que seguramente ya borró mis correos, mis mensajes y hasta mis teléfonos de sus aparatos y su memoria.

Tengo aproximadamente tres semanas de no saber absolutamente nada de él.

Aún y cuando terminamos hace dos meses, todavía nos aventamos semanas de agobiantes diálogos diarios por horas y horas, ya sea por SMS, mails y teléfono, sin que llegaramos a nada.

En ese tiempo que hablamos después de terminar la relación, nunca le pedí que volviéramos y él tampoco.  Digamos que no llegamos a ningún acuerdo que nos conviniera a ambos para seguir manteniendo siquiera una relación de amistad.

Se desgastó tanto la relación de "amigos" post al truene, que yo terminé harta y él seguramente también.

Aún lo recuerdo con tristeza. Por momentos lo extraño.  Hoy, por ejemplo, noté que hace muchísimos días él no había sido mi primer pensamiento al despertar y volvió a aparecerse en mi mente apenas abrí los ojos en la mañana luego de dormir tan sólo tres horas por la noche.

Me dio coraje y tristeza que otra vez se adueñara de un espacio de mi mente.

Hace rato pasó algo extraño.

Una amiga colega, que apenas estoy tratando, me dijo que se lo había encontrado hoy en un evento.

De inmediato mi pregunta fue: ¿Y cómo está?

No me la respondió en ese momento, pero en el transcurso de la breve conversación, me dijo que lo veía relajado.

No sé explicar lo que sentí y siento sobre la percepción de esta amiga en la persona de S.

Justo antenoche le preguntaba a mi amigo Diego, quien aunque es muy joven es un tipo muy inteligente y centrado y ha sido un gran apoyo para mí en los momentos difíciles de mi duelo, pues me levanta de la depre con dureza, diciéndome la verdad de las cosas en una forma que me hace despertar, a veces rápido y a veces días después.

Le preguntaba que qué creía él que sintiera o pensaba S al no saber de mí, porque yo tampoco lo he buscado por mensajes y mucho menos con llamadas o en persona.

Me dijo:  Pues yo creo que le ha de valer madre...

Todo esto lo escribo porque estoy HARTA del vaivén de sentimientos en mi corazón.

Por ejemplo, cuando lo extraño, conscientemente me recuerdo las cuatro o cinco frases hirientes y humillantes que me dijo durante esos tiempos que hablamos inútilmente cuando terminó la relación.

Hubo luego algo o alguien que se convirtió en mi ancla para sostenerme y no undirme en el dolor, pero ese alguien, aunque se que sólo es un gran amigo, de pronto pone barreras muy justificables y se aleja más y vuelvo a caer en la soledad.

Él no sabe que sólo es eso: un apoyo, un hombro, un brazo para sostenerme y sonreír.

Ahora mismo estoy encabronadísima porque tengo muchas ganas de llorar.  Ya no sé si sea bueno o no enterarme del más mínimo detalle sobre él.

Saber de S de la forma que lo supe me lastimó.  Debo reconocerlo.

1 comentario:

  1. Off the record y actualización...

    Unos minutos después de escribir y subir este post, llegó Mr. Rojas, así que creo que he andado muy sensible por eso.

    También hoy dio señales de vida y fue solo para confirmar que, como bien lo dijo él hace unas semanas, no estoy lista para ser su amiga.

    Estoy en paz.

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