martes, 20 de septiembre de 2011

A veces, ¡es difícil!

El domingo mamá y yo nos sentamos a comer juntas mientras Manotas jugaba en su computadora.  Platicábamos del baile que habíamos disfrutado horas antes de la Banda de Música de la Ciudad de Monterrey y luego desvió la plática de esta forma…

M.-  Quiero decirte algo y no quiero que me lo tomes a mal.
E.-  A ver…
M.- He notado que ya no sonríes.  Te estás olvidando de sonreír.  No te cuesta nada hacerlo.

Y anoche, mientras descansaba en mi cama al llegar del trabajo y Manotas jugaba en su computadora (creo que eso hará de ahora en adelante y para siempre, beauty thing!), me contaba de una amiga de ella y mi papá, qepd, que por su edad padece demencia senil y no sé por qué le vino a la mente la plática del día anterior (¿Me verá más vieja porque no sonrío?, ¡espero que no sea eso!), pero volvió a tocar el mismo tema.

M.- … por eso es importante sonreír.

Yo no lo había notado, pero sí me había dado cuenta que llevo días en los que no me siento bien.  Y no hablo de un malestar físico, sino algo más de fondo.  Varias cosas no me hacen feliz y me niego a aceptarlo… y sí, he dejado de sonreír. 

Las palabras de mamá todavía taladran no solo mis oídos, sino también mi mente.  No quiero caer en esa fea costumbre de no sonreír y algo debo hacer al respecto.  Me siento desganada, decepcionada, triste y hasta enojada conmigo misma o con la nada.

Ayer de nada me sirvió guiar al taxista que tomé a medio día, los atajos no me sirvieron y se me hizo tarde para recoger a Manotas en el colegio.   El retraso me sirvió para intentar modificar la percepción (y realidad) que me comentó mamá.  Lo que pensé: “no quiero que esto afecte a mi’jo” y cambié de estrategia. 

Siempre lo recibo con una sonrisa en la puerta del kínder, pero ese día, tan solo lo ví de lejos, le extendí mis brazos, como seña de que quería y necesitaba uno de sus tiernos abrazos y enmarqué el gesto con una sonrisa en mi rostro.  Él se sacó de onda y correspondió mi actitud con muchos te amo… me hizo sonreír hasta ahorita.

A veces, ¡qué difícil es sonreír!, Y esta rolita habla mucho al respecto.


6 comentarios:

  1. Solo aclarando... no sé qué es lo que me tiene así. Nadie tiene la culpa... Ni S... ah! y tampoco las hormonas malditas infelices... jajaja

    Ele y Juan Pa

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  2. Me hiciste recordar una historia que publiqué hace algunos años. Aquí te la dejo para que la leas: http://vaciojanus.blogspot.com/2008/08/tiempo-pasado-ii-sonreir.html

    Sonreir es algo muy difícil, sobretodo si no tienes una razón para hacerlo.

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  3. Muy buen post, Janus... Me gustó el remate...

    "¿Qué tiene la gente con eso de sonreir? ¿Acaso no entienden que no tengo razones para ir por el mundo sonriendo como si la vida lo valiera?"

    Sublime!

    Ele y Juan Pa

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  4. todos tenemos la fortuna de vivir, de no tener tragedias en nuestra vida peores que la de muchos... y de tener una familia como la tuya Elenita asi que sonrie!!!

    besos y cosquillas.

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  5. A menos que sea por depresion, la mera verdad es costumbre el no sonreir. Neta, intentalo. Aparte, a como la situacion social - y sobretodo labora, espiritual, moral, etc.. - es en Mexico, la gente te va quitando la costumbre de sonreir. El pedo es saber como no dejar que eso pase y hacer al otro que sonria. Muy poco de ellos, realmente no sonrien por algo mas psicologico.

    TE lo digo por experiencia.

    nadiaruiz.blogspot.com

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  6. Con este post me acorde del indito que hizo reír y despues llorar a un burro...

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