jueves, 8 de septiembre de 2011

Otoño


Empieza la época del año que más me gusta.  Y aunque oficialmente el otoño inicia el 21 de este mes, en Monterrey tenemos ya dos días viviendo y disfrutando probaditas del clima tan agradable y característico de la temporada.

Amo el otoño por varias razones.

La primera, porque no hace tanto calor, que tanto odio.  Es horrible el calor de Monterrey. La canícula de este año estuvo infernal, hubo días que superaron los 40°C y para mí es sofocante hacer mis vueltas de mamá con esas condiciones.  Me pone de mal humor el calor.  Es horrible que apenas sales de la regadera para estar en el baño a punto de salir y ya sientes escurriendo el sudor, otra vez, entre las boobs.

El frío, me gusta a secas.  Es decir, me parece más cómodo que el clima caluroso regio, pero definitivamente mi bajo peso no me ayuda a disfrutarlo como Dios manda, pues me congelo al primer viento gélido de la temporada.  El año pasado que heló por acá en febrero, fue el acabose.  Sin embargo, sigo cantando victoria, pues, si mal no recuerdo, llevo cuatro años al hilo sin enfermarme de resfriados, tos, gripes, ¡de nada!

Pero una razón poderosa por lo que me encanta el otoño es porque me parece sumamente romántico.  No sé, las hojas café de los árboles caer, las hojas de los árboles secas en las calles, las hojas crujiendo bajo mis pies al caminar.

Además, hay un airecito súper característico que simplemente me hace suspirar.

Ayer vi a S. Obviamente me gusta verlo en la temporada que sea, pero nos quedamos viendo hasta tarde la televisión, luego de ir a cenar a los Tacos de El Primo (que dicho sea de paso, aún un no digiero).  Nos dio la una de la madrugada de hoy platicando, riéndonos, viendo mugrero de la televisión local, él tocó la guitarra y así.

Pero al salir, suelo acompañarlo a su Rocker (su carro) para seguir platicando un poco más y lo primero que me regaló Dios es una vientecito ligero que me llevó a abrazarlo de inmediato mentalmente, pues estábamos en medio de una plática importante y tuve qué abstenerme de hacerlo en ese instante, pero lo que no pude evitar fue suspirar, sonreír y mirar hacia el cielo mientras lo escuchaba hablar.

Estoy feliz y doy gracias a Dios, la vida, el destino o la suerte, quien quiera que haya sido que me puso en el camino a ese hombre que tanto me sigue atrapando y divirtiendo.

Así que, bienvenido Otoño 2011, nuestro segundo otoño juntos.  Esperemos que el resto de estas temporadas de nuestras vidas sigamos compartiéndolas de la misma forma que ahora.

3 comentarios:

  1. Pero que romàntica andas amigaa!!! hasta ganas de enamorarme me dieron ahhh no que estoy diciendo...
    Disfruta, disfruta y disfruta... lo que dure, sea una semana o para siempre
    Monserrat JM

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  2. =)
    hiciste que sonriera de la misma manera que tú...
    también amo el otoño me encanta todo el...
    Besos!
    Feliz fin de semana...

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  3. Siiiii. El otoño es época para enamorarse! :)
    Te quiero!

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