viernes, 20 de julio de 2012

Reprobados

Estoy llevando a Juan Pablo a una terapia especial y que aún está en proceso de certificación, pero que una persona muy cercana y querida, hombre preparado y bien intencionado, ya la aplicó en alguien muy importante para él y eso fue lo que me llevó a tomar la decisión de inscribir a mi hijo.

Debo aceptar que más que nada de entrada lo tomé como un modo desesperado de darle las herramientas que necesita para superar su TDA y su problema de lenguaje en poco tiempo y no en los cinco años que me da como margen la anterior neuropsicóloga.

En la primera sesión, analizan a la mamá. En la segunda al papá, y en la tercera la imagen que tiene el alumno con respecto a la mujer en general.

Me dijeron que estoy reprobada.

Juan Pablo les dijo, por medio de dibujos, que soy una mujer que no sonríe, que me ve cansada o enferma.  Que no tomo decisiones sin el aval de mi madre.

Al papá, lo calificó como una persona sin ambiciones, sin futuro, que no cumple lo que promete y absolutamente perdido, que lo ve involucrado en varias familias -propias-, pero que no cumple con ninguna.


No he encontrado la forma de decirle al papá y tampoco coincidimos para nada cuando va a visitarlo.

No me deprimo.  Esto me ayuda a abrir el panorama y a ponerme a trabajar en ello, aunque debo decir que mis horarios en el trabajo y mi insomnio me complican el estar siempre alerta, lista para jugar y salir a hacer alguna actividad física con él.

Hay mucho qué trabajar y mucho por hacer.

1 comentario:

  1. Amiga acuérdate que nosotras mismas somos nuestros peores verdugos... eres una gran mamá y estoy segura lo sabes, JuanPa es un niño maravilloso y la culpable de eso en gran parte eres tu!!!
    Monserrat

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