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sábado, 23 de noviembre de 2013

¿Hay alguien ahí?


Está casi casi por terminar un año medio complicado. Y no me estoy quejando.

El cinturón hemos tenido qué apretarlo mucho en casa. Yo creo que esto es síntoma general.

La mayoría de la gente trabaja más y gana menos.

Este año perdí -literalmente- mi carro y he estado a pie casi 10 meses.

La ventaja es que me  ha servido mucho de ejercicio y mis piernas se están  poniendo re-bonitas. Lo malo es el invierno a patín.

No sé ve para cuándo comprar uno nuevo con la economía como está.

 

A principios de año también perdí la compañía de mi pareja.

Han sido meses difíciles de ires  y venires con él.

De repente me duele, pero al siguiente segundo, ¡nada!  Todo en orden.

Creo que por fin le estoy dando vuelta a esa página.

 

Debido al trabajo he tenido totalmente descuidada mi vida personal.

He salido muy poco, he hecho muy pocas cosas para mí y eso a veces me cansa.

 

El trabajo es abundante, pero no estoy exagerando, estoy haciendo la chamba de dos o tres personas.  Soy de la idea que "algún día" llegará la recompensa (espero).

 

A pesar de todo esto, este ciclo escolar, gracias a Dios, voy al corriente en mis pagos en el colegio de mi hijo. Eso es algo positivo como muchas otras cosas.

Al ya no tener pareja, he pasado momentos padrísimos con Juan Pablo. Y no es que antes no los hayamos pasado, pero no sé, como que nuestra relación es más estrecha y cuando descanso tenemos agenda llena y convivimos mucho.

 

Él ha vuelto a sus terapias en un nuevo centro especializado.

Finalmente me han confirmado su TDA y bueno, empezaremos con tratamiento con el neuropediatra.

Tiene muy buena maestra en el colegio, aunque le falta un poquitín de paciencia para niños como Juan Pablo.

Lo padre también es que el colegio ha decidido ponerle una maestra sombra y ya tenemos el mes trabajando así.

Espero en dos semanas, máximo, darme cuenta si están dando resultados los nuevos métodos y medidas.

 

En fin.

Leo estoy me doy cuenta que lo difícil que he vivido son más pérdidas materiales y esas se recuperan. Ya llegará el momento. Sólo se trata de tener paciencia.

 

En cuanto al amor. Pues ya entendí la lección.

No es eterno. Ayer lo tuve, hoy ya no más. Pero tampoco ando llorando en los rincones. El duelo me duró a lo mucho dos meses, al inicio y aunque aún hablamos y tenemos aún muchas diferencias, éstas duelen, pero al siguiente día yo como nueva.

 

Es alguien a quien quiero y aprecio y que lamento mucho no haya llegado a buen término, pero sé que vendrá algo mejor para mí en forma de otro hombre o en forma de tiempo para mí.

 

Así las cosas han estado en estos 11 meses transcurridos de este año y estos meses, muchos meses, que no había querido venir a asomarme por aquí.

 

A ver si retomo el camino.

 

Estas son las novedades que van dirigidas a Chihuahua, con uno de los pocos lectores que me han dicho extrañar este espacio.

 

Él lo dice porque me aprecia desde niños.

 

Te mando un abrazo.

domingo, 21 de abril de 2013

Cambios y más cambios

El viernes estaba sumamente deprimida.

La depresión es uno de los efectos de la hormona prescrita por mi ginecóloga, así que los cambios de humor, de por sí complicados en mi carácter, ahora están más fuertes que nunca.

Ese día, me dio por cambiar la imagen de este espacio.

Digamos que me gusta a secas, porque la realidad es que el diseño original ya me tenía aburrida.

Acepto críticas, sugerencias y demás.

Paco, un amigo de Guadalajara al que aprecio mucho, ha tenido problemas para ver la totalidad de las entradas (posts) de mi blog.

¿Alguien más tiene problemas?

¿Voy bien con el diseño o me regreso?

Seguí con la tónica de reservarme el derecho de publicar comentarios, candado que puse alguna vez que escribieron cosas hirientes y ofensivas.

Con ese candado -cultura general- lo que me hagan el honor de escribir primeramente llega a mi correo y desde ahí lo subo en cuanto los leo.

Gracias por leerme y por estar... aunque la mayoría no diga nada agradezco la atención a este rincón de mi vida.


domingo, 17 de junio de 2012

Enrolándome

Ya llevo más de una semana en el periódico.
Al principio, no quería ni ir sola al baño, así que le pedía a una de mis mejores amigas, de hace 12 años, que me acompañara.
Hoy, ya me siento enrolada.
Aún me da pena preguntar, pues nunca había editado.  Me hago "pelotas" con los esquemas, pero ya llevo dos días consecutivos terminando temprano, prácticamente dependiendo de que las secciones grandes se vayan a la prensa para nosotros enviar nuestras páginas al mismo destino.
Me siento bien, contenta, aunque sí me ha parecido difícil el hecho de separarme de Juan Pablo tantas horas. 

Creo que en eso no nos hemos adaptado del todo los dos, pero ya vienen las vacaciones escolares y mis dos días de descanso entre semana serán completitos para él.
También me ha afectado en cuanto a la convivencia con Santiago, puesto que también tiene la problemática de sus horarios, además de los mios y mi dificultad de no sentir culpabilidad por robarle una hora a mi hijo para irme a convivir con mi pareja.
Hemos hablado mucho al respecto y los dos estamos dispuestos a seguir al pie del cañón, así que ya no queda en nosotros.
Estoy contenta, me siento plena, en mi elemento, así que sigo disfrutando de esta nueva etapa profesional de mi vida.

martes, 20 de marzo de 2012

Sufren sin sus damiselas



El domingo pude ver cómo se transformaron los domingos de dos hombres.

Fui a la audición de la Banda de Música de la Ciudad de Monterrey y me dio pena verlos tristes, desinteresados y por momentos ansiosos.

Uno de ellos, mamá y yo lo llamamos El Pachuco, pues le encanta el mambo, se viste como se vestían los hombres en las épocas de apogeo de ese género musical.  Pantalones “guangos”, de colores vivos como amarillo, azul eléctrico, rojo, naranja, camisas de botones y grandes cadenas cuelgan de su cuello y manos.  

Además, lleva siempre un mondadientes de madera asomándose de sus labios.

Su pareja era una mujer bajita, tanto como él, de larga caballera rizada de color negro azabache.  Los dos disfrutaban mucho bailar las dos horas de audición los domingos, incluyendo el intermedio en el que del sonido emanan notas musicales de música grabada.

Desconozco si los une algo más que su gusto por bailar, pero como pareja de baile eran perfectos. 

Un mal día, él acudió solo, sin ella.  Todo mundo lo paraba y le preguntaba y él sonreía nervioso explicando la razón por la que había acudido sin ella.

Eso fue hace aproximadamente unos dos o tres meses y ahora da pena verlo sin rumbo, pues desde entonces él no ha hecho siquiera el intento de reemplazar a su compañera.  Se pasa las dos horas caminando alrededor del área que hace las veces de enorme pista de baile bajo el Palacio Municipal de Monterrey.

Hoy, se ve triste y cuando se escuchan los primeros acordes de un buen mambo, el sólo voltea a todos lados, como buscando a su damisela perdida. Así pasa los tres o cuatro minutos de duración de la pieza musical.  

La banda cambia de ritmo y él vuelve al letargo.

El otro caso es del hombre mayor del que les platiqué aquí en octubre, en el post de Ya se ganó el cielo.

Él no ha faltado a la cita, acude acompañado de su mujer y ambos están sentados a un costado de la pista, esperando que la chica que le alegraba los domingos haga su aparición.

Pero nada se sabe de ella. Simplemente dejó de asistir, de hacer la buena obra del día: hacer feliz a este hombre de la tercera edad bailando casi toda la audición.

El domingo, pese a que la música era muy buena y el sonido muy intenso, el hombre prefirió dormir en su silla, mientras su esposa lo miraba de reojo como compadeciendo que de pronto haya cambiado el significado de los bailes para el hombre con el que ha compartido su vida.

A él, le pesa más hasta caminar, arrastra los pies.  Ahora parece indispensable el uso de su inseparable bastón, del que se desprendía con facilidad tan solo al ver llegar a la chica joven, su pareja de baile.

Es increíble cómo se van tejiendo historias en ese sitio. Es increíble cómo vas viendo el desarrollo de cada una de ellas, aún sin una versión oficial de los protagonistas.

¿Qué tantas otras historias, desconocidas para mí, se han escrito en estos próximos 32 años de audiciones ininterrumpidos?

Solo Dios sabe.

sábado, 17 de marzo de 2012

El mejor



Llevo ya casi 12 años en esto del medio de comunicación.

He tenido la fortuna de escribir de Deportes, y hoy por hoy estoy especializada en el Deporte Motor.

Actualmente, como saben, escribo de Mecánica Automotriz, y todo lo relacionado con la organización de eventos sociales como Bodas y 15 años.

Pero también he tenido oportunidad de escribir sobre otros temas, desde política, hasta notas humanas.

Sin embargo, sin temor a equivocarme, creo que ayer se publicó la nota que más me ha llenado.  Me enamoré del tema desde que una buena amiga, y esposa de uno de los protagonistas, me lo contó.

Debo reconocer que teniendo la información a la mano, todavía tardé una semana más en decidir escribirlo.  Y es que, cuando un tema me atrapa, quiero que quede tan perfecto, que no sé ni cómo empezar.

De hecho, este tema que hoy les traigo, lo hice dos veces, cosa que jamás me había sucedido desde el 2000, que inicié esta aventura en el periodismo.

Ésta es la página y aquí el contenido.  A ver qué les parece.

Después de publicarlo, me cayeron dos correos de lectores, amigos míos, para decirme sobre lo mucho que les había servido leer algo así y me emocionó tanto que hasta lloré.

Estos personajes, a quienes admiro muchísimo, consiguieron ayer mismo, día de la publicación, su primera invitación a participar en un evento masivo.  Gracias a Dios.

Se los dejo.

***


KICKER

Ponen ejemplo a jóvenes que desean incursionar en la música
CABEZA

Son rockeros unos “ profesionales”

BALAZO
La agrupación regia Vlök, integrada por destacados profesionistas regiomontanos, lanzará su nueva producción

ELENA TORRES

Estos cuatro hombres compartieron desde jóvenes, y por separado, el mismo objetivo, claro y contundente: algún día destacar en la escena musical rockera.

Sin embargo, llegó un momento en que meditaron sus ideales, pensaron en el futuro y entonces establecieron prioridades.

Optaron por enfocar la mayor parte de su tiempo a entregarse en cuerpo y alma a la Universidad, cada uno en distintas especialidades, para lograr primero ser destacados profesionistas, pero sin abandonar su pasión musical.

Sus integrantes son una prueba fehaciente e inspiradora que el rock no es sinónimo de perdición, pues Javier, Héctor, Ulises y Juan Pablo, son profesionistas destacados en cada una de sus áreas laborales, pero combinan esas absorbentes actividades, con el papel de esposos y padres de familia… y, además, hoy por hoy ¡son rockeros!

El destino y el tiempo fueron uniendo los eslabones y hoy están juntos musicalmente hablando. 

Son los elementos de una banda de rock and rol moderno, con un toque de nu metal, llamada Vlök.

“Llegó un momento en que tuve claro que tenía qué tener estudios profesionales para poder realizar importantes proyectos personales.  Tenía mi trabajo de músico y gané dinero por ello, incluso con esos ingresos compré mi primer coche, pero aún así me enfoqué a terminar mis estudios para conseguir un trabajo seguro y remunerable y ahora la música es un complemento”, explica Héctor “Nunni”, bajista de la banda regia.

Vlök se formó hace cuatro años, pero a partir del 2009 quedaron definidos como integrantes estos cuatro destacados profesionistas.

Javier, el baterista, eligió como profesión la Medicina, carrera que demanda mucho tiempo y dedicación.

“La música siempre ha sido mi hobbie y mientras estudiaba en la facultad los ensayos eran una vez al mes. La música es una forma de encaminar el estrés, lo liberas, y más cuando atiendes pacientes graves o en estado crítico”, comparte.

Por su parte, Juan Pablo, se muestra como un verdadero apasionado, pues dedicó parte de su juventud a estudiar no una, sino dos carreras profesionales.

“Realmente no fue opcional, tenía qué terminar una carrera aunque me dedicara a la música.  El tiempo que no tenía qué estudiar lo dedicaba a tocar y a mi familia; ahora la música es algo que comparto con mis hijos, es una dinámica familiar”, dice Juan Pablo.

La banda grabó entre agosto y octubre de 2011 su primer material discográfico.  Su nombre es Vlök, como la banda, y contiene ocho temas originales, bajo la composición musical de Juan Pablo, Héctor y Javier. Todas las letras son de Ulises.


“La vida misma me va diciendo cosas que quedan plasmadas en todas las letras.  Distante, el primer sencillo de este disco, habla de las condiciones que actualmente vivimos y de las personas que en un momento dado se convierten en ‘una piedra en el camino’”, expresa Ulises.

Próximamente, esta banda hará la presentación de su disco en una tocada íntima en un recinto de la localidad.

Esa presentación será la consumación no solo musical, sino para demostrar que los sueños son alcanzables si se dedica todo el empeño a convertirlos en una realidad.

Ulises “Ullanas”
Papel en la banda: Compositor y cantante
Profesión: Licenciado en Comunicación
Área Laboral: Audio y video
Edad:    41 años
Estado Civil: Casado
Tiempo dedicado a la música: 18 años
“El estudio fue mi prioridad siempre”

Javier “Jova”
Papel en la banda: Baterista
Profesión: Pediatra Neonatólogo
Área Laboral: Consulta privada
Edad: 36 años
Estado Civil: Casado
Tiempo dedicado a la música: 21 años
“El primer año de la carrera traía el ritmo de la Prepa, quería continuar dedicándole casi todo mi tiempo a la música y fue imposible, así que dosifiqué los ensayos para lograr terminar la facultad”.

Héctor “Nunni”
Papel en la banda: Bajista
Profesión: Contador público
Área Laboral: Gerente de compañía internacional
Edad: 42 años
Estado Civil: Casado
Tiempo dedicado a la música: 26 años
“La música es un medio para liberar el estrés que te dan las responsabilidades profesionales”.

Juan Pablo “Juan Pi”
Papel en la banda: Guitarrista
Profesión: Administración de Empresas y Chef
Área laboral: Restaurante
Edad: 40 años
Estado Civil: Casado
Tiempo dedicado a la música: 28 años
“Estudiar te permite seguir tocando. No importa que tengas tres, cuatro o cinco discos, tienes qué estar preparado porque la misma industria de la música ‘te come’ si no lo estás”.
Aquí pueden escuchar sus rolas.  Mi favorita: Distante: myspace.com/vlok2012

lunes, 13 de febrero de 2012

Hola, soy Elena... la dueña de este espacio

Hola, mundo blog.

Hace muchísimo tiempo que no venía por estos rumbos.  Debo confesar que ha habido días que ni siquiera entro a ver el tráfico en 24 horas.

La idea es no olvidarlo y plasmar aquí cosas importantes e interesantes. 

Me ha pasado de todo e increíblemente no sé qué escribir… no me gustaría llenar de “paja” mi espacio, pero bueno, trataré de hacer un resumen de las cosas que me han obligado olvidar un poco este rincón.

  1. El Fiesbuc no es de Dios.  Definitivo.  Me he vuelto casi adicta, aunque a veces no es santo de mi devoción, pero como está en tiempo real, como que eso ha hecho que olvide este espacio.
  2. Otra vez estuve sin carro casi un mes.  Nuevamente la banda del tiempo y una mala mano de obra que me dejaron casi tres semanas a pie.  Apenas ayer volvió a mi casa y está súper bien, gracias a Dios.
  3. Con mi Santiago todo excelente.  Creo yo que estamos pasando por una época de estabilidad y espero sea permanente.  Sé que el amor de pareja no es eterno, pero espero y deseo que esto dure un buen tiempo.
  4. El viernes pasado conocí el caso de Lili, una chica regia de tan solo 18 años.  Supe de su historia por cuestiones de trabajo.  Ese mismo día leí todo su blog y su lucha admirable por vivir.  Digamos que aún sigo en shock.  Si yo estuviera viviendo lo que ella, yo no creo tener ni un uno por ciento de su fortaleza y valentía.  Digamos que es una situación que me llegó al tuétano y ahora diario pienso en ella, y le pido a Dios le regale la oportunidad de ser feliz y de gozar salud. Se que para Él no hay imposibles y que solo Él tiene la última palabra.
  5. Sigo trabajando donde mismo.  Sigo percibiendo lo mismo, pero me siento más involucrada. Por ahí hay una propuesta laboral muy buena, pero debo reconocer que me da miedo el horario.  Es el trabajo ideal para una periodista, pero no para una mamá-periodista, así que la estoy analizando aún.

Y bueno, quiero decirle a Spice que lamento mucho haberla borrado del Feisbuc.  Érika, por favor agrégame porque ya no me acuerdo cómo estás tu en la red social.

A Nadia, eres un amor y gracias por decirme que te gusta cómo escribo.  Es un halago para mí.

Ahora sí que espero regresar pronto. En estos momentos comenzaré a leer un poco de sus blogs.  Creo que tendré mucho de qué enterarme.

Los he extrañado.

sábado, 7 de enero de 2012

Disculpa pública


Ayer viernes, tuve qué tomar la decisión de eliminar un post de mi blog titulado Pie Izquierdo.

No puedo llamarle privacidad al espacio de mi vida que ha sido invadido en los últimos meses, porque soy dueña de una cuenta en Feisbuc y tengo este blog que, gracias a Dios, tiene algo de tráfico diariamente, pero sí que gente mal-intencionada ha estado hurgando en mi mundo para dar con no-sé-qué-cosa y por ello y tras el consejo de dos personas, decidí eliminarla.

Es la primera vez que me reservo el derecho de publicar un comentario, por eso me di cuenta que ya están navegando en mi blog ahora esas personas, así que opté, además de no publicar la “opinión” de alguien que, obviamente, no se identificó, eliminar esa entrada mía.

Si están con el “pendiente” o deseo de saber ustedes cómo me encuentro ahora, les puedo decir que mejor, mucho más tranquila y poniendo todo en manos de Dios.

Ofrezco una disculpa a quienes se tomaron la molestia de escribirme en esa entrada.  En verdad, atesoro mucho sus comentarios y palabras.  Al borrarlo me dolió mucho justamente por sus comentarios, porque se tomaron la molestia no solo de leerme, sino de también brindarme palabras de aliento.

Les mando un gran abrazo a mis amigos lectores y a quienes sigo de igual manera: Ahuizotl, Janus, Vane, SpIcE, El Anónimo que no se identificó, y las otras personas que me escribieron sobre el tema.

Los aprecio mucho a todos.

martes, 6 de diciembre de 2011

No es de Dios...

Tantas palabras transparentes.

Nada qué escribir...

"Cuando no tengas nada qué decir...", dicen.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Invasión

Los últimos meses me he sentido perseguida.

Terceras personas o enviados de terceras personas me hackearon mi feisbuc y me molestaban telefónicamente.

Se dieron el tiempo y la molestia de meterme contactos que no conozco al feis y a mi MSN y se atrevieron a postear en mi muro en mi nombre.  La cuenta la cerré un tiempo hasta ahora, que la reabrí al necesitarla de enlace para postear en el feis de la empresa.

Así estuvieron varias semanas, creándome problemas con alguien que adoro con el alma.

Se habían tranquilizado las aguas, pero esta semana volvieron a las andadas.

Primero, mandándome mails “con información valiosa”, luego con llamadas a mi celular.

Pero ayer viví una mañana estresante.  Apenas encendí la PC de la oficina y me di cuenta que no podía entrar a mi Hotmail.  Me habían hackeado la cuenta.

Luego, tuve una junta y antes de concentrarme en ella, cerré todo lo personal que tenía abierto y al regresar, en no más de 10 minutos, otra vez estaba hackeado mi Hotmail.

Una amiga que es muy cuerda para esto de la tecnología me investigó qué pasaba y en menos de 10 minutos me informó que a través de mi mail en gmail que abrí para poder tener mi blog es como dieron con todas mis cuentas.

S me sugirió que cerrara mi blog y un dolor en el corazón me atravesó el alma.  Anoche le dije que no quería hacerlo, que mi blog es mi  blog y que me niego y él lo comprendió.

Lo único que hice fue cambiar todas mis contraseñas, que me ha costado MUCHO aprenderme.

En verdad, nunca me había pasado, la primera vez estaba muy sacada de onda, pero esta segunda me causó muchísima molestia, incomodidad, coraje, sentimiento… me sentía violada.

Se lo que pretenden haciendo todas estas cosas.  Pero, seguramente me están leyendo, lo que desean no sucederá jamás.

Sé lo que tengo a mi lado y por lo mismo, por la forma en que lo valoro, lo cuidaré y no lo dejaré volar jamás...

viernes, 11 de noviembre de 2011

Un día como hoy

Mucha gente no entiende por qué aún hablo de lo sucedido hace seis años.

Fue un día como hoy, pero de 2005, y también cayó en viernes.  

Tenía tan solo tres meses de haberme estrenado como mamá y yo seguía fiel y realmente enamorada de mi trabajo y de la empresa en la que estaba.

Recuerdo que esa mañana estaba reporteando una nota por teléfono de un caso interesante que trascendió mucho en el deporte local.

Estaba en medio de la plática con mi fuente, cuando quien es director de la sección en la que trabajaba se acercó al cubículo para decirme que quería platicar conmigo y que me esperaba a las 13:30 horas en su oficina.

Entonces no contaba con los dotes, las fuentes o el imán del que ahora gozo y que a veces me turba de enterarme de despidos ajenos o propios, pero sí contaba con mi intuición, esa que casi nunca me falla.

Tan solo escuché esas palabras y la sangre se me fue a los pies.  Mi fuente seguía hablando y la grabadora corriendo y mi mente pensando a mil por hora.

“¿Me va a correr?", "¡qué extraño, nunca me cita a cierta a hora en su oficina!”, “¡demonios! Y si me va a correr ¿qué voy a hacer siendo mamá recién estrenada con tantos gastos?”, “creo que mi hijo no podrá sentirse orgulloso de tener una madre periodista de deportes como siempre soñé”.

Miles de cosas, situaciones y preocupaciones pasaron por mi cabeza, como siempre, adelantándome a los acontecimientos.

Uno a uno fueron llegando quienes entonces eran mis compañeros de trabajo y amigos y los enteré de esto.  Todos estaban sorprendidos y tratando de sacar conjeturas del motivo por el cual me estaban citando de esa forma.

Llegó la hora establecida.


Él me habló del rediseño de la sección y de los costos que implicaban para la empresa esos cambios y, como un petardo a la yugular, me lo soltó “no entras en nuestros planes”.

Mi mundo se vino abajo.

Le dije que qué iba a hacer si J se había ido y yo con todos  los gastos encima, que qué había pasado, que si la razón se debía a un mal desempeño de mi parte, etc.

Él se limitó a decirme que no, “te estás yendo por la puerta grande”.   Solo atiné a pedirle de favor que me diera tiempo de limpiar mi computadora pues ahí tenía almacenados mis más preciados recuerdos: mis fotos de la boda y del nacimiento de mi hijo.

La noticia corrió apresuradamente y algunos amigos se despidieron de mí.  Me dirigí con el encargado de Relaciones Laborales, a quien aprecio con todo mi corazón, y con pesar en su rostro me dijo que le podía mucho liquidarme justamente él.

Ese día acabó mi ciclo en la empresa que más he amado, el único lugar donde me he sentido plena en estos 21 años trabajando ininterrumpidamente.

Ese fue el primer día de muchos que lloré amargamente mi salida. Diario llamaba al periódico para saludar, para sentirme integrante del grupo.

Mi pesar duró exactamente dos años.  ¡Dos años!... dos años en los que lloré casi todas las noches… dos años en los que jamás volví a sentirme plena (sigo sin sentirme), dos años en los que me sentía frustrada profesionalmente, hasta que mi actual editor de mi página de colaborador, mi jefazo adorado, Polo, me ofreció la oportunidad de escribir en la misma empresa y en la que, gracias a Dios, continúo. 

Este es el primer año que no recuerdo la fecha.  Los último cinco años estaba pendiente de la llegada del 11 de noviembre desde una semana antes y cuando se llegaba la fecha solo hablaba de esto.

Hoy no me acordé, hasta ahora.

Han pasado ya seis años y se me han pasado rapidísimo.  Los cinco años que estuve dentro no pasaron tan vertiginosamente y creo que eso se debe a que disfruté mucho esa aventura.

Hoy por hoy, tristemente, no me siento plena ni realizada en lo laboral y sigo extrañando y comprometida con mi página y que con cuanta nota importante que me tope, el primero en enterarse es Polo.

No puedo sentir más que un profundo agradecimiento hacia el periódico, nada más y nada menos que el más importante del País, porque me abrió las puertas sin ser yo una profesionista, sino que soy un periodista de oficio, de hueso colorado, de nacimiento y fueron ellos quienes me formaron, ellos son los responsables de que yo sea lo que soy.

Siempre, toda mi vida, estaré en deuda con ellos y sobre todo, con Polo, que ha vuelto a confiar en mí y quien siempre me da un trato profesional y humano.  La mezcla perfecta.


Nunca me faltaron las palabras de aliento, no solo de mis compañeros, sino también de extraños. Como aquel taxista que me llevó del periódico a mi casa ese día y con el que me puse a llorar amargamente luego de contener por horas el llanto en el periódico.

Mi amigo César Vargas me ha dicho en tiempos recientes que justo ahora, que ambos estamos fuera de este medio tan importante por la misma razón, estamos en nuestro  mejor momento periodístico y sus palabras son inyección pura de motivación.

Hoy, seis años después, EL NORTE, te sigo extrañando con todo mi ser.


martes, 1 de noviembre de 2011

Atento aviso

A mis pocos, pero selectos, lectores les informo que debido a que compartiré mi blog a más gente, decidí poner un candado a los comentarios.

Es decir, como en otros blogs, automáticamente se enviarán sus comentarios a mi correo para de ahí autorizar subirlos.  La verdad, no creo que ninguno se quede fuera, salvo los repetidos. Esto es meramente para tener un control.

No me gustan, para nada, las páginas donde gente inculta o grosera postea ofensas y así.

Disculpen la molestia que esto les ocasiona y, recuerden, estamos trabajando para servirles mejor.

Amén.

lunes, 24 de octubre de 2011

Bitácora No. 1 de mi nuevo trabajo

(Escribo esta entrada con unas ganas enormes de tomarme un té helado de hojas de aguacate).

Sí, hoy fue mi primer día de trabajo después de disfrutar de un mes sabático completito, el cual me hacía mucha falta.

Casi siempre me tomo estos respiros justamente después de tres años laborados en una empresa.  Creo que mi organismo, mi mente y mi todo están autoprogramados de esa forma, de tal manera que hasta los reajustes llegan a ese tiempo y me tocan a mí, en algunos casos.

Yo he aprendido a saborearlos al máximo.

Y bueno, siendo ya un hecho que ya me subí al barco de esta nueva empresa, ya puedo platicarles abiertamente de qué se trata.

En realidad, mi labor no ha cambiado mucho con respecto a la que hacía en Bodissima, pues vuelvo a ser Coordinador Editorial, pero nada más y nada menos que en, digamos, algo así como su competencia.

Es una empresa pequeña y familiar.  Mis jefes, otra vez, son mujeres y me han tratado de maravilla, sumamente profesionales.

La parte recreativa está de a peso, aunque ni tiempo tengo de disfrutarlo: tengo acceso a internet ilimitado.

Justo ahora estoy creando nuevas propuestas y temas para un proyecto ambicioso y requiero concentración 100 por ciento.

El horario me parece mejor que en la otra revista, aunque es lo mismo pues mi hora de comida disminuyo a 60 minutos, cuando antes gozaba de 90.  Y, por la tarde, salgo media hora antes que con el otro patrón.

El único inconveniente es justamente la hora de la comida, pues, además de que debo salir antes que todos, solo tengo el tiempo justo para recoger a Manotas y llevarlo a casa.  Mi Platina se ha convertido en un restaurante rodante en el que desayuno y como mientras manejo (¡hola, agentes de tránsito!).

Quizá me causa algo de bronca que debo abordar ahí y generar temas que vi durante tres años, y que es relativo a la vida de la mujer y las novias, aunque, bueno, el mes de vacaciones hizo que se me refrescaran un poco las ideas.

No puedo platicar mucho del ambiente de trabajo porque no creo poder conocerlo a fondo porque nadie platica en horario de trabajo y no creo quedarme jamás a comer ahí (nunca lo hice en Bodissima), pero siento que he sido bien recibida.

A diferencia de en Bodissima, en que la encargada de sistemas era una tipa amargada, amarra-navajas y mal  vibrosa, acá, el jefe de esa área, es la neta del planeta.  Un tipo sumamente agradable y dicharachero.

En fin, creo que no está nada mal y, lo mejor, debo estar agradecidísima con Dios en que cada vez que necesito su manita para encontrar nuevo trabajo, cada vez requiero de menos tiempo para ello.

Desde este lado de la compu reportó: ¡yo mera!

miércoles, 19 de octubre de 2011

100

Hace casi cuatro meses comencé la aventura en este espacio.

Ya había tenido un blog anteriormente, pero no le agarré cariño y lo abandoné a las primeras tres entradas.

No sé si he estado inspirada o qué demonios, pero me apasiona este espacio.

Así que justamente estás leyendo el post número
100 a poquito más de una semana de cumplir cuatro meses al aire.

Gracias por leerlo, por visitarlo, criticarlo y hasta hacerlo garras.

Esto es un medio de escape para mí y me gusta platicarles por este medio lo aburrida que es mi vida.  Ja!

Besos y aquí nos leemos.



domingo, 18 de septiembre de 2011

Amor de otoño

Parte 2.5

Hoy conversé un poco con los protagonistas, Manuel y Blanca.  Llevaron impresas las dos primeras partes de la historia publicadas en mi rincón.  Eso para mí es un honor.

Mientras bailaban, ella, Blanca, se acercó a mí y me entregó una tarjeta dentro de un sobre y me dijo:

“Mira lo que le dí al mes de conocerlo”.

La abrí y me encontré con un texto escrito por el puño y letra de ella.  Un documento de Octubre de 2009.

Lo abrí y en la parte de arriba hablaba de algo acerca de las coincidencias, pero lo que más me gustó fue la segunda parte:

“… No te asustes si te digo que creo que soy tu alma gemela… Blanca…” y su número celular.

Pese a que a varios no les ha agradado esta historia, a mí cada domingo me atrapa mucho más.  Admiro mucho eso de ella.  Su iniciativa. El arriesgarse, el amar y dejarse amar de tal manera.

Algún día me gustaría ser como ella.

Creo que continuará…

jueves, 15 de septiembre de 2011

¡Adiós a los cybers!

Estoy a unas horas de dejar de sufrir por no tener computadora propia.

A partir de mañana a medio día, tendré equipo instalado en mi casa.  Eso me da gusto, pues podré trabajar a mis anchas desde mi casa y no me veré tan abrumada de trabajo, de mis otras dos fuentes de ingreso, en mi horario laboral de la oficina (a la que hasta hoy sigo perteneciendo).

Lo único que me emociona es eso, pues de plano las redes sociales no son lo mío.  Me da gusto.

Aunque es mía, Manotas es un amante de la tecnología a sus 6 años, así que dice que “me la va a prestar” cuando él se duerma, así que creo que dejaré de dormirme a las nueve de la noche para poder darle duro a mis notas y a mi blog.

¡Hasta ilusión tengo!

Había sido cliente asidua de dos cyber y últimamente casi no iba, pues solo acudía cuando tenía carrera qué cubrir, así que no es tan frecuente, pero comenzaba a molestarme tanta gente, el calor, el ruido.

Así que hoy trabajaré muy a gusto.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Amor de Otoño

Parte 2

No es que esté estacionada en el Ñoño Mood.  Más bien, creo que el otoño hace que me detenga más a ver a otras parejas y a soñar.

Ayer volví a ver a los protagonistas del tema (si no la has leído, pínchale aquí: Amor de Otoño) que les traje el 22 de agosto hasta este rincón.

Esta vez me atreví a tomarles fotos.  Sólo él se dio cuenta de ello.  Y como no pedí permiso para hacerlo y yo no soy buena periodista gráfica, pues no resultaron muy buenas las tomas, pero al menos ya traigo los rostros reales de esta historia de amor.


Cuando nos dirigíamos mamá, Manotas  y yo al carro, que dejé estacionado a dos calles, me lo encontré.  Iba a dejar las sillas que tanto él y su amada usan cuando descansan entre pieza y pieza de baile.

Él, como siempre, iba muy bien vestido, haciendo juego perfecto con ella, quien lucía impecablemente guapa.

Detuve mi paso y lo esperé con libreta en mano y esto fue lo que platicamos.

E.- Hola, señor, disculpe ¿cuál es su nombre?
M.- Manuel, a sus órdenes.
E.- Mucho gusto, soy Elena Torres y ya una vez les había comentado lo bonita pareja que hace con…
M.- Blanca.
E.- Sí, con Blanca.  Y bueno, soy periodista y me atreví a escribir la historia de amor que ambos están viviendo y que yo vi desde mi óptica, en mi página personal de historias, pero me gustaría conocer la real.
M.- ¿No conoce nuestra historia de amor?
Esta pregunta la hizo como si fuera pecado no saberla, como que muchas de las personas que van domingo a domingo al baile de  la Banda de Música de la Ciudad de Monterrey, la conocen a fondo… menos yo.
E.- No, aún no.
M.- Tenía yo seis meses de venir solo al baile y ella ya tenía tiempo viniendo a las audiciones para olvidar sus problemas y superar una depresión, cuando ella me sacó a bailar…
E.- Sí, sí, sí… eso yo lo ví y eso fue lo que escribí en mi historia.
Sonrió y continuó.
M.- Y bueno, yo le dije que tenía muchísimos años que no bailaba, pero acepté y de eso ya han pasado dos años increíbles, es un amor apasionado… estoy profundamente enamorado.  Pero le prometo que el próximo domingo le contamos la historia completa.

No puedo describir la forma en que dijo esto último.  Honestamente jamás había escuchado hablar a un hombre del amor que le tiene a su mujer, o al menos no de esa forma.

Se me enchinó la piel y pude darme cuenta que puedo leer perfectamente su relación tan solo con verlos.

No me equivoqué.  Ellos viven un amor que pocos tienen la dicha de vivir a lo largo de sus vidas.

En la noche, cuando ya me iba a dormir, recordé sus últimas palabras y también la forma en que la observa cuando ella baja a bailar sin él, con sus amigas.

Y lloré…



Continuará…


martes, 30 de agosto de 2011

Una vez escribí mi diario...

Si hay una época de mi vida que recuerdo con inmenso cariño y nostalgia es la de la Preparatoria.

Fue un mundo totalmente nuevo para mí en todos sentidos, empezando en que se trataba de ingresar a una escuela pública y mixta, cuando toda mi vida estuve en un colegio de monjas y 100 por ciento femenino. Usando un uniforme realmente espantoso y que ha sido el mismo diseño en los más de 100 años de existencia de mi Alma Máter. (Razón por la que me negué rotundamente a inscribir a Manotas ahí, ahora que ya es mixto.  No quise condenarlo a usar semejantes garras toda su vida estudiantil).

En esos tiempos en el colegio había preparatoria, pero por mis problemas de indisciplina me fue negado el pase directo, así que mi papá “me castigó” enviándome a la Prepa 2.  Fui el prietito del arroz de los hijos de Luis y Vicky.  Mis dos hermanos mayores sortearon todas las pruebas y se aventaron su educación básica, media y profesional, totalmente en instituciones privadas (íralos, íralos).

Lo que no supo mi papá fue que me regaló la oportunidad de vivir una etapa maravillosa, que no hubiera cambiado jamás por dos semestres en la UdeM, en el Colegio Mexicano o en el Tec.

Recuerdo bien el primer día de clases.  Me senté al fondo del salón.  Sentía que la mirada de los compañeros “me violaba”, inocentemente.  Luego luego fui catalogada como “la fresa del salón”.

Afortunadamente no era la única que venía de un colegio como el mío, sino también otra compañera que fue parte fundamental en esos episodios de mi vida. 

Así que con ella comencé a juntarme, según porque teníamos "los mismos principios".  Lo cierto es que con ella me inicié en el vicio de fumar y conocí los antros muy pequeña y hasta me enseñó a manejar.  Su vida fue muy acelerada.  Aún así la estimo y aprecio muchísimo y no la juzgo.  Simplemente así le tocó vivir su vida.  Obvio, tiene mi misma edad, ¡y ya es abuela!

Esa fue la época, la única en mi vida, en que no fui tan delgada.  Vestía siempre a la última moda.

En esos tiempos no tuve novio jamás, pero sí tuve dos eternos enamorados a quienes nunca les hice caso: Chuy y Alejandro.  Ahora creo que el segundo hubiera tenido más posibilidades que el primero de haber insistido.  Le falló la perseverancia.

En cambio, me enamoré de tres que no me pelaron: Chuy (otro), Armando y otro más que nunca traté y de quien se trata el tema de hoy en mi rincón.

Pasaron los años y mi etapa de vida cambió.  Un buen día, encontré en un cajón de mi buró una libretita bastante coqueta.

Les juro que no recordaba para nada haber escrito un diario en mi vida y ese cuaderno era justamente eso, un diario amoroso de su servidora.

No saben, hablaba maravillas de esa persona (sin mencionar el nombre en todas las primeras páginas, que eran muchas).

Que si sus ojos, que si era muy guapo, que admiraba su inteligencia, que me hacía temblar tan solo verlo entrar a esa casona antigua en la que me tocó hacer el tercer y cuarto semestre (anexa), que hubiera dado mi vida si me dedicara una sonrisa.

Que no me cansaba de preguntar santo y seña de él, que envidiaba a la chica prieta y gorda (con esos calificativos) que le tocaba sentarse a su lado. Hasta me lamentaba amargamente porque el destino me había negado que nos tocara juntos en la misma aula.

Que no me importaba que fuera más bajo que yo, que daría lo que fuera porque se convirtiera en mi novio.

No, no, no, halagos y más halagos que me enchinaban la piel y me llenaba de curiosidad saber de quién demonios hablaba, porque, honestamente, en esos tiempos que encontré ese diario, que no fue más que un par de años después de terminar la Prepa, no recordaba haber sentido tanto por alguien de la Dos.

Estaba acostada en el que entonces era mi cuarto, en mi casa, clavadísima leyendo esa “novela” escrita por mí, cuando llego a la última página.

“...Y sí, estoy enamorada estúpidamente de ti y tú ni cuenta te das… Alvarito”.

Mi mente comenzó a trabajar a mil por hora.  No recordaba al tal Alvarito que me inspiró a escribir tanta ñoñería… hasta que a las quinientas supe que era el mono nerd que veía de puerta a puerta en el segundo piso de esa vieja casona del centro.

No pude evitarlo, solté la carcajada que más me ha desahogado en la vida.  Por poco y no controlo esfínteres del ataque de risa que eso me causó.

Lo que más sorpresa me provocó es que ni lo recordaba para nada porque nunca, jamás, crucé palabra con él como con los otros dos que me gustaron en esos entonces y que no escribí nunca una línea dedicada a esos amores imposibles.

¡Lo que hace la edad de la punzada!