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lunes, 8 de abril de 2013

¡Qué cosas!

Por increíble que parezca, S ha entrado no más de una vez a este espacio y lo hizo cuando recién fue creado.

No sé, como que prefería no enterarse de lo que aquí escribo yo, sabe Dios por qué.  La verdad, nunca lo entendí, no le pregunté y sí me dolía su indiferencia por este blog porque indirectamente la indiferencia era hacia una parte de mi vida, de la vida de la que entonces, se supone, era su pareja.

Así que lo que yo diga o no de él aquí, las miles de formas que yo encuentre para vomitar lo que siento con respecto a él, él ni enterado está. 

Seguro ya ni la liga tiene.  Lo conozco tan bien, que seguramente ya borró mis correos, mis mensajes y hasta mis teléfonos de sus aparatos y su memoria.

Tengo aproximadamente tres semanas de no saber absolutamente nada de él.

Aún y cuando terminamos hace dos meses, todavía nos aventamos semanas de agobiantes diálogos diarios por horas y horas, ya sea por SMS, mails y teléfono, sin que llegaramos a nada.

En ese tiempo que hablamos después de terminar la relación, nunca le pedí que volviéramos y él tampoco.  Digamos que no llegamos a ningún acuerdo que nos conviniera a ambos para seguir manteniendo siquiera una relación de amistad.

Se desgastó tanto la relación de "amigos" post al truene, que yo terminé harta y él seguramente también.

Aún lo recuerdo con tristeza. Por momentos lo extraño.  Hoy, por ejemplo, noté que hace muchísimos días él no había sido mi primer pensamiento al despertar y volvió a aparecerse en mi mente apenas abrí los ojos en la mañana luego de dormir tan sólo tres horas por la noche.

Me dio coraje y tristeza que otra vez se adueñara de un espacio de mi mente.

Hace rato pasó algo extraño.

Una amiga colega, que apenas estoy tratando, me dijo que se lo había encontrado hoy en un evento.

De inmediato mi pregunta fue: ¿Y cómo está?

No me la respondió en ese momento, pero en el transcurso de la breve conversación, me dijo que lo veía relajado.

No sé explicar lo que sentí y siento sobre la percepción de esta amiga en la persona de S.

Justo antenoche le preguntaba a mi amigo Diego, quien aunque es muy joven es un tipo muy inteligente y centrado y ha sido un gran apoyo para mí en los momentos difíciles de mi duelo, pues me levanta de la depre con dureza, diciéndome la verdad de las cosas en una forma que me hace despertar, a veces rápido y a veces días después.

Le preguntaba que qué creía él que sintiera o pensaba S al no saber de mí, porque yo tampoco lo he buscado por mensajes y mucho menos con llamadas o en persona.

Me dijo:  Pues yo creo que le ha de valer madre...

Todo esto lo escribo porque estoy HARTA del vaivén de sentimientos en mi corazón.

Por ejemplo, cuando lo extraño, conscientemente me recuerdo las cuatro o cinco frases hirientes y humillantes que me dijo durante esos tiempos que hablamos inútilmente cuando terminó la relación.

Hubo luego algo o alguien que se convirtió en mi ancla para sostenerme y no undirme en el dolor, pero ese alguien, aunque se que sólo es un gran amigo, de pronto pone barreras muy justificables y se aleja más y vuelvo a caer en la soledad.

Él no sabe que sólo es eso: un apoyo, un hombro, un brazo para sostenerme y sonreír.

Ahora mismo estoy encabronadísima porque tengo muchas ganas de llorar.  Ya no sé si sea bueno o no enterarme del más mínimo detalle sobre él.

Saber de S de la forma que lo supe me lastimó.  Debo reconocerlo.

sábado, 30 de marzo de 2013

Señorón cantante, señorona canción

Marzo 25, 1970

Han pasado ya 43 años y cinco días de esta magnífica presentación...

José José tenía tan sólo 22 años de edad...

Un gran maestro.

domingo, 10 de marzo de 2013

Casualmente...

Viendo este video en Youtube, así toda animosa, sin dramas ni nada...

Me di cuenta que el baterista...

¡Hagan de cuenta él!

Eso sí, hace suspirar el recuerdo (no más).

Eh, ¿qué tal el chamaco?

No es idéntico, porque por supuesto que no lo es, pero es más bien el tipo de hombre el que me lo recuerda.

sábado, 2 de marzo de 2013

Difícil volver a empezar

Perdí a S, el hombre que me hizo tocar el cielo durante dos años cuatro meses.

Había evitado enamorarme porque la decepción del 2004 fue brutal.

Pero él llegó e inyectó vida a mi vida.

Lo amé todo.

Me entregué totalmente.  Él lo sabe.

Aún no me repongo por esta pérdida... se que me costará mucho tiempo recoger mis pedazos y resurgir.

Estoy cansada de llorar.  Estoy cansada de intentar entender que se acabó así nada más, sin darme cuenta.  Que no hay marcha atrás y que debo soltarlo de una vez por todas.

Tengo qué decirlo: No quiero estar sola.

Quisiera que alguien me dijera que mi destino no es ser únicamente trabajadora y madre.

Yo deseo para mí un hombre, un respaldo.  Me hubiera encantado que fuera él.

Él es frío y "práctico".  Él no se detiene a pensar que si lloro es porque, para mí, él fue mi todo. Mi hombre. Mi brazo derecho. 

Nuestro amor fue intenso y apasionado hasta el último minuto, tal vez por eso me sorprendió el tener que despedirnos.  Yo me entregué incondicionalmente a esa relación, aunque, esta vez, siempre con miedo de que algún día iba a terminar.

Quiero ver una luz que me ayude a pegar uno a uno los cachitos de mi corazón y una plancha que le retire cada una de sus arrugas.

Quiero volver a sonreír.  Quiero sentir lo que me provocaba sentirlo pendiente de mí día y noche.  Extrañaré como una loca sus mensajes, sus llamadas, sus bromas, sus besos, su calor y su cercanía.

Hoy, a 16 días de su adiós, de saber que su felicidad no está a mi lado, aún duele muchísimo.

No me ha servido de mucho caminar 5 kilómetros diarios y el intenso ejercicio en el gimnasio.  Me siento profundamente destrozada y desanimada.

Por favor, Dios, Universo o sea quien sea que tenga la batuta de mi destino, no me abandonen...

Permíteme ser feliz y volver a creer en el amor y ayúdame a no equivocarme.  Enséñame a entregar todo lo que soy al hombre correcto.  No me abandones.

No sé cómo, pero resurgiré de las cenizas.

S:  aunque te amé con una locura inimaginable, debo convencerme de que la realidad es que con tu adiós también he conocido uno de los dolores más profundos. 

Aún así, te agradezco la enseñanza.  La oportunidad de contigo conocer el alcance de amar que tiene este corazón roto.

Hoy, lo he decidido, es el último día que lloro.  Se que así saldrás más rápido de mi corazón.



miércoles, 26 de diciembre de 2012

Priceless

Esta balada es una de mis favoritas. 

De hecho, la utilicé en un episodio de mi vida que, en su momento, consideré especial.

Hacía alrededor de ocho años que no la escuchaba, pese a ser de mis consentidas, pero hoy la escuché interpretada con uno de "mis gallos" de la segunda temporada de The X Factor, Tate Stevens, el triunfador. 

Programa que, dicho sea de paso, por cuestiones de trabajo no pude seguir como Dios manda, así que lo estoy viendo "diferido" por Youtube, mientras el trabajo me lo permite (en los tiempos muertos y de laaarga espera).

No me he cansado de escucharla... ¡me encantó en esta versión!  Se me "enchina el cuero", se me llenan los ojos de lágrimas y mucho más... Se las recomiendo.

(Si no te gusta el rollo y quieres ir directo al grano, adelanta el video hasta el 1' 30"...



lunes, 29 de octubre de 2012

Elena, yo, quiero amar

Me gusta mucho leer la columna de Elia Martínez-Rodarte, que se publica en el periódico para el que trabajo. 

Su espacio se llama IVAGINARIA y trata, como muchos de ustedes saben, de temas tabú, de sexualidad.

Anoche me tocó editar la columna que se publicó hoy y me causó mucha gracia, de esa gracia que origina el hecho de casi creo ser la protagonista del tema... pareciera que Elia, quien por cierto es mi amiga-colega, conociera ese lado mío.

Sin embargo, aunque la nota va a dirigida o critica a algunos hijos de mujeres "solas", como yo, cuando la iba leyendo y disfrutando, el personaje del hijo se lo colgué en realidad a otras tres personas, adultas todas, que ah, cómo se meten en mi vida.  A dos de ellas las quiero, la otra, tal vez esté en nuestras vidas de pasada...  Digo, en esta vida existe el karma.

Y digo "'solas', como yo...", porque, aunque no lo crean y contra todos los pronósticos de estas tres personas, sigo con S.  Sí, pese a la mala vibra, intromisión y falta de apoyo. Él sigue a mi lado.

Se las dejo íntegra.  Vale la pena leerla para aprender a no juzgar y, sobre todo, no meterse NUNCAMENTE en la vida ajena de los demás... ¡RESPETO, POR FAVOR!

IVAGINARIA

Por ELIA MARTÍNEZ-RODARTE

Mamá quiere amar


En todas las sociedades machistas, las mamás, las madres, las mamis "dejan de ser mujeres" erotizantes a la mirada de muchas personas porque ya han tenido hij@s.

A partir de ese momento, el rol de la maternidad y los maternajes se convierten en el punto fundamental de su ser femenino: entonces deben comportarse y actuar como si su única función en el universo sólo sea supeditada a la crianza de la descendencia.

Entonces pasa a ser la mujercita idolatrada que el patriarcado pone encima de un nicho, del cuál sólo bajan para que el varón correspondiente las vuelva a alcanzar y pueda hacerles otro chamac@ y así seguir perpetuando la prole a la que hay que alimentar.

Muchas todavía se embarazan sin control ni concierto, sólo porque creen que su decisión de no embarazarse de nuevo no les corresponde y que es un designio divino u obligatorio el seguir pariendo, como si eso no fuese ya un trabajo de tiempo completo desde el momento en que el nene se amaciza en las entretelas de la mamá.

Es por este rol, considerado como "sagrado", que la condición de madre es como un apostolado que no debe mancillarse con "roles sucios" o para "putas".  Es por ello que pocos hombres, y muchas mujeres, por desgracia, no ven a sus madres como mujeres que también follan, aman, se enamoran, coquetean, quieren ponerse vestidos atrevidos o sexosos, e incluso existen hij@s retrógad@s e idiotas que impiden a sus señoras madres que salgan con tipos si son solteras, viudas, separadas o divorciadas.

De todas las edades, clases sociales, niveles de educación y de formación existen hijas e hijos nocivos para sus propias madres, quienes les impiden a estas santas mujeres a que sigan con su vida y se den la oportunidad de amar otra vez, sólo porque "es mi mamá, no la voy a dejar que ande de loca coqueteando con señores".

Muchas mujeres, de por sí, cancelan por sí mismas su vida amorosa después de un divorcio o una separación dolorosa porque están hasta la máter de lidiar con un tipo que las dejó harta de los varones.

Algunas otras eligen como práctica religiosa, la de dedicarse por completo a su familia, olvidando que tienen oportunidades de nuevas ilusiones y hasta de camazos saludables que las distraigan de la aburrida vida doméstica, del trabajo y de testerear a sus lepes, muchos de ell@s ya bastante crecidos y peludos.

Otras damas simplemente creen que con una vuelta al parque en una relación fallida, ya tuvieron suficiente y no se atreven o sienten que no tienen derecho de volver a buscar un compañero.

Por eso, cuando les llega un hombre con intenciones de escarceo erótico y romance, le piensan dos veces.

A esto le debemos agregar la sarta de parásitos y estorbos@s hij@s, madre, tías, hermanos, cuñados y hasta el ex, que se entrometen en la vida de la señora, madre y mujer que es solicitada para noviazgo o amasiato o quizá para matrimonio.

¿En qué momento pararemos esta inmoralidad de meternos en lo que no nos importa?

Me sorprende que en está época de nuestro tiempo y en este mundo occidental, aún haya familiares y amigos idiotizados que impiden que una mujer y madre, soltera, viuda, divorciada, separada o sin ningún compromiso, busque calor para su cuerpo.

Ya no digamos para que se ponga de novia, sino para que simplemente vaya al cine con un amigovio, la visiten en su casa, salga a orearse con un tipo o que tenga un buen fornicio, bien puesto y acomodado, cuando se le pegue la gana.

Es ridículo, patético y sumamente vergonzoso que haya hij@s o cualquier otro familiar que critiquen a la mujer y/o la madre por intentar un nuevo romance.

Que haya criaturas que chantajeen a sus genitoras porque éstas desean mantener una vida sexual saludable con alguien que les quiere dar una atropellada.

Cuando una mujer ya pasó por una emparejada, la maternidad, la crianza y luego llega a la libertad por cualquiera que sea la razón, es tiempo de apoyarla, para que busque o deje entrar a su vida a alguien que sea para algo serio o para puro brinco lujurioso.

Eso también significa ser un buen hij@, una buena madre, hermana o cuñada.





domingo, 17 de junio de 2012

Enrolándome

Ya llevo más de una semana en el periódico.
Al principio, no quería ni ir sola al baño, así que le pedía a una de mis mejores amigas, de hace 12 años, que me acompañara.
Hoy, ya me siento enrolada.
Aún me da pena preguntar, pues nunca había editado.  Me hago "pelotas" con los esquemas, pero ya llevo dos días consecutivos terminando temprano, prácticamente dependiendo de que las secciones grandes se vayan a la prensa para nosotros enviar nuestras páginas al mismo destino.
Me siento bien, contenta, aunque sí me ha parecido difícil el hecho de separarme de Juan Pablo tantas horas. 

Creo que en eso no nos hemos adaptado del todo los dos, pero ya vienen las vacaciones escolares y mis dos días de descanso entre semana serán completitos para él.
También me ha afectado en cuanto a la convivencia con Santiago, puesto que también tiene la problemática de sus horarios, además de los mios y mi dificultad de no sentir culpabilidad por robarle una hora a mi hijo para irme a convivir con mi pareja.
Hemos hablado mucho al respecto y los dos estamos dispuestos a seguir al pie del cañón, así que ya no queda en nosotros.
Estoy contenta, me siento plena, en mi elemento, así que sigo disfrutando de esta nueva etapa profesional de mi vida.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Invasión

Los últimos meses me he sentido perseguida.

Terceras personas o enviados de terceras personas me hackearon mi feisbuc y me molestaban telefónicamente.

Se dieron el tiempo y la molestia de meterme contactos que no conozco al feis y a mi MSN y se atrevieron a postear en mi muro en mi nombre.  La cuenta la cerré un tiempo hasta ahora, que la reabrí al necesitarla de enlace para postear en el feis de la empresa.

Así estuvieron varias semanas, creándome problemas con alguien que adoro con el alma.

Se habían tranquilizado las aguas, pero esta semana volvieron a las andadas.

Primero, mandándome mails “con información valiosa”, luego con llamadas a mi celular.

Pero ayer viví una mañana estresante.  Apenas encendí la PC de la oficina y me di cuenta que no podía entrar a mi Hotmail.  Me habían hackeado la cuenta.

Luego, tuve una junta y antes de concentrarme en ella, cerré todo lo personal que tenía abierto y al regresar, en no más de 10 minutos, otra vez estaba hackeado mi Hotmail.

Una amiga que es muy cuerda para esto de la tecnología me investigó qué pasaba y en menos de 10 minutos me informó que a través de mi mail en gmail que abrí para poder tener mi blog es como dieron con todas mis cuentas.

S me sugirió que cerrara mi blog y un dolor en el corazón me atravesó el alma.  Anoche le dije que no quería hacerlo, que mi blog es mi  blog y que me niego y él lo comprendió.

Lo único que hice fue cambiar todas mis contraseñas, que me ha costado MUCHO aprenderme.

En verdad, nunca me había pasado, la primera vez estaba muy sacada de onda, pero esta segunda me causó muchísima molestia, incomodidad, coraje, sentimiento… me sentía violada.

Se lo que pretenden haciendo todas estas cosas.  Pero, seguramente me están leyendo, lo que desean no sucederá jamás.

Sé lo que tengo a mi lado y por lo mismo, por la forma en que lo valoro, lo cuidaré y no lo dejaré volar jamás...

domingo, 13 de noviembre de 2011

De cómo te cambia la perspectiva

Fue en 1999 cuando mi primera amiga contrajo matrimonio.  Es mi amiga de la infancia, mi primer amistad de la vida y se llama Sandra.

Debo reconocer que hice el ridículo de mi vida: en su boda, justamente llegué a la explanada de la Iglesia San Luis Gonzaga, la que eligió para casarse con Jesús, que me puse a llorar descontroladamente.

No puedo describir por qué lloré.  Pero creo que para varios, sino es que todos los presentes, entre ellos su hermana Mita, creyeron que estaba triste por que yo aún no me casaba y ni planes tenía.

Mita fue la única que se atrevió a acercarse y consolarme.  Textualmente me dijo, con el fin de que me tranquilizara, que no llorara, que un día llegaría mi hora y dejé de llorar con muchísima pena, porque realmente no lloraba por no ser yo la que daría el sí, sino simple y honestamente me brotó de esa forma la emoción por ella.

Eligió ese año para casarse porque según las parejas que lo hicieran ese año serían inmensamente felices o por lo menos, cabalísticamente, tendrían mejor suerte que aquellas que lo hicieran cualquier otro año.

Eso sí, debo reconocer que a partir de entonces me entró el gusanito de querer casarme, como todas lo vivimos cuando se casa la primera del círculo inmediato de amistades entrañables.  Entonces era novia de J y para entonces nos faltaban todavía seis años más de noviazgo que se acumularían a los cuatro ya transcurridos.

Cuando comencé a trabajar en Bodissima y al acudir a mis primeras dos Expo Tu Boda a trabajar, me emocionaba la idea de volver a casarme, más que nada porque el trote de los preparativos son sumamente excitantes.  Compras a lo menso sin importar costos, gastas a lo tonto lo que no tienes con tal de vivir “el día más importante de tu vida”.

Para la tercera, ya me caía gordo ver toda esa mercadotecnia.

Hoy, obviamente, no pienso de la misma manera.  No tengo esa ilusión y no solo porque mi matrimonio fue un fracaso desde antes de que éste se consumara.

De hecho, creo que en mi vida nunca me visualicé como una mujer-esposa-casada… creo que no tengo la vocación ni la paciencia de no poder tomar mis decisiones importantes y, peor aún, tener que consultarlas con otra persona.

Me desespera ver a mis amigas cercanas que todo, o casi todo, lo tienen qué consultar con fulanito.  

Hoy, S está a mi lado.
 
Eso sí, cuando algo me preocupa o tengo qué tomar alguna decisión, lo platico con él, pero solo con la idea de que me de un consejo, pero finalmente hago lo que quiero y creo que es más conveniente y no me reprende o reclama porque no hice o decidí lo que él creyó en su momento fuera mejor para mí.

Mamá me ha dicho abiertamente que no está contenta con esa relación “porque no le ve futuro a este romance”, “porque no ve que S  quiera casarse”, “porque no quiere partir de este mundo sin dejarme con mi ‘vida resuelta’ que, según sus ideas, solo se consigue siendo una mujer casada”.

Los dos ya vivimos lo que es casarnos y divorciarnos-separarnos de la persona que creímos en su momento sería el individu@ con el que viviríamos el resto de nuestras vidas.

Y los dos, no tenemos la mínima intención de volver a casarnos jamás.  Ya sé que nunca debemos decir “de esta agua no beberé”, pero esa es nuestra realidad, nuestros pensamientos.

Hace poco, le dije a mamá, con toda honestidad, que en mi diccionario y lo que me resta de vida no veo a la palabra matrimonio como algo prioritario, es más, que simplemente no figura en mis planes.

Prácticamente le dije que lo amo y que no comparto las ideas que ella trae revoloteando, como toda madre, en su cabeza.

Eso sí, le dije que lo que sí quiero es un compañero y que ahora él es el indicado porque compartimos la misma forma de pensar al respecto  y hasta lo hemos platicado.

Además, S me ha regalado algo que ninguno de mis exs me obsequió y que es muy importante:  por primera vez me siento orgullosa de la persona que está a mi lado.  Siento una profunda admiración por cómo ha ido creciendo en su vida, en todos  los aspectos, y ahora entiendo cuán importante es sentir ese respeto por la pareja.  Por supuesto, también conozco sus debilidades y errores, los cuales, él sabe, a veces me han hecho sufrir o sentirme incómoda, pero finalmente los he aceptado, los conozco y sé cómo sacarles la vuelta o enfrentarlos.

Lo que sí le dije a mamá, tratando de tranquilizarla y calmar sus inquietudes, es que, a lo mucho, podría considerar yo la unión libre.

Abrió enormemente sus ojitos y su rostro expresó con honestidad que eso no es lo que quiere para mí.  Creo que ahora la preocupé de más.

Pero, así es esto.  Creo que en el fondo tengo la idea arraigada de no cometer dos veces el mismo error, o al menos, no tomar decisiones sin antes estar segura de lo que quiero.




lunes, 10 de octubre de 2011

jueves, 8 de septiembre de 2011

Otoño


Empieza la época del año que más me gusta.  Y aunque oficialmente el otoño inicia el 21 de este mes, en Monterrey tenemos ya dos días viviendo y disfrutando probaditas del clima tan agradable y característico de la temporada.

Amo el otoño por varias razones.

La primera, porque no hace tanto calor, que tanto odio.  Es horrible el calor de Monterrey. La canícula de este año estuvo infernal, hubo días que superaron los 40°C y para mí es sofocante hacer mis vueltas de mamá con esas condiciones.  Me pone de mal humor el calor.  Es horrible que apenas sales de la regadera para estar en el baño a punto de salir y ya sientes escurriendo el sudor, otra vez, entre las boobs.

El frío, me gusta a secas.  Es decir, me parece más cómodo que el clima caluroso regio, pero definitivamente mi bajo peso no me ayuda a disfrutarlo como Dios manda, pues me congelo al primer viento gélido de la temporada.  El año pasado que heló por acá en febrero, fue el acabose.  Sin embargo, sigo cantando victoria, pues, si mal no recuerdo, llevo cuatro años al hilo sin enfermarme de resfriados, tos, gripes, ¡de nada!

Pero una razón poderosa por lo que me encanta el otoño es porque me parece sumamente romántico.  No sé, las hojas café de los árboles caer, las hojas de los árboles secas en las calles, las hojas crujiendo bajo mis pies al caminar.

Además, hay un airecito súper característico que simplemente me hace suspirar.

Ayer vi a S. Obviamente me gusta verlo en la temporada que sea, pero nos quedamos viendo hasta tarde la televisión, luego de ir a cenar a los Tacos de El Primo (que dicho sea de paso, aún un no digiero).  Nos dio la una de la madrugada de hoy platicando, riéndonos, viendo mugrero de la televisión local, él tocó la guitarra y así.

Pero al salir, suelo acompañarlo a su Rocker (su carro) para seguir platicando un poco más y lo primero que me regaló Dios es una vientecito ligero que me llevó a abrazarlo de inmediato mentalmente, pues estábamos en medio de una plática importante y tuve qué abstenerme de hacerlo en ese instante, pero lo que no pude evitar fue suspirar, sonreír y mirar hacia el cielo mientras lo escuchaba hablar.

Estoy feliz y doy gracias a Dios, la vida, el destino o la suerte, quien quiera que haya sido que me puso en el camino a ese hombre que tanto me sigue atrapando y divirtiendo.

Así que, bienvenido Otoño 2011, nuestro segundo otoño juntos.  Esperemos que el resto de estas temporadas de nuestras vidas sigamos compartiéndolas de la misma forma que ahora.

martes, 23 de agosto de 2011

Así empezó nuestra historia...

Hoy se cumple un año del reencuentro.

Por alguna razón, mi sobrina Mariana, ahora toda una quinceañera-preparatoriana, pasó unos días o esa tarde en casa de su abuelita, mi madre.

Anduvimos dando la vuelta en el carro, Mariana, Juan Pablo, mamá y yo.

Llegamos a casa y estando ahí, decidí dispararles una nieve de la Sultana.  Así que ahí vamos los cuatro a la que está ubicada en pleno Centro de Monterrey, justo en la calle Zaragoza.

No me acuerdo si pedí una nieve para mí porque la leche mortifica a mi colitis que en esos entonces me provocaba malos momentos frecuentemente.

La fila de clientes era inmensa y hacía un calor de los mil demonios.

En lo que nos servían lo que pedimos y en lo que Juan Pablo saboreaba ya su helado de choco chip, llegó mi gran amigo y colega, Jesús Carvajal, con su esposa Laura y sus hijos Amanda y Santiago y platicamos mucho, ahí, al filo del escalón de la nevería.

La calle Zaragoza, como saben los regios, es sumamente transitada.

Yo andaba en fachas, camiseta y shorts cortos. Mamá siempre me pide que salga arreglada “no vaya a ser que te encuentres al amor de tu vida”, pero a mí me da flojera sacudirme la flojera cuando ésta ya está estacionada en mí.

Parecía que era un paseo cotidiano, pero la realidad era otra.  La realidad es que mi vida estaba a punto de cambiar drásticamente.

En ese entonces, tenía seis años disfrutando mi etapa de mamá y de mujer soltera.  El amor no había tocado a mi puerta y yo no lo extrañaba. Me sentía bien.

Tenía mi cuenta de feisbuc que me abrió una de mis amigas y que jamás usé.  Sólo me llegaban a mi correo las invitaciones de gente, mismas que ignoraba.

Un día de esa misma semana, me llegó una de esas invitaciones y en ese tiempo, aquí en la oficina teníamos acceso a lo que siempre tenemos bloqueado porque al de sistemas se le olvidó bloquearnos todo después de la comida.

Así que me llegó la invitación y vi una foto milimétrica, pequeñísima de un hombre delgado.  No lo reconocí y vi que se llama  S.

No acepté la invitación, la rechacé, y la mandé a los correos eliminados. Lo hice porque el chavo no me parecía conocido ni su nombre y porque de plano no utilizaba feisbuc.

No sé por qué, pero de rato, me regresé a esa bandeja de mi correo y abrí totalmente la invitación.  No me desmayé por obra y gracia del cielo.

“¡Es el chavo de equis medio de comunicación!”, dije recriminándome.  No lo había reconocido porque tenía muchos kilos menos.  Aunque, él lo sabe, a mí me encantaba también gordito.  Realmente lo que siempre me encantó y sigue encantando son sus ojos y lo que hay dentro de ellos.  Pero fuera de eso, me parece un hombre sumamente atractivo y hasta sexy.

Efectivamente, era el colega que hacía 10 años no veía y que hacía 11 años me hacía suspirar cuando me lo encontraba en los eventos.  Solo que en esos ayeres yo estaba comprometida y él casado (aunque su status lo supe después cuando comencé a tratarlo luego del reencuentro).

Batallando e investigando, comencé a navegar en el feis, un mundo totalmente desconocido para mí hasta ese momento.  Lo encontré y le mandé un mensaje privado pidiéndole que me agregara.

Cuando me lo encontraba en los eventos por cuestiones laborales no quise siquiera conocer su nombre, pues yo tenía novio y porque S me encantaba.  Así que, en el momento que supe quién era  S, al ver a detalle su invitación para ser su amiga feisbuquera y que había rechazado no más de una hora atrás, encarecidamente le pedí que me agregara y desde ahí comenzó la historia que hoy me tiene lealmente enamorada.

Lo primero que me dijo fue que qué delgada estaba, que no parecía que tuviera ya un hijo, que estoy igualita, “igual de guapa”, fueron sus palabras.  ¡Favor que me hace!

Me explicó que me vio en esa Sultana, él iba en su Jetta por la calle Zaragoza, y yo estaba subiéndome a mi palomito, mi Platina de las mil batallas.  No se detuvo, pero me buscó a través de la red.

Nuestro amor ha sido un amor con muchísimos altibajos, pero lleno de pasión, complicidad, semejanzas o afinidades y entrega.  Justo ahora tenemos muchísimos proyectos importantes juntos.

Me hace reír muchísimo, como cuando no podía silenciar mis carcajadas desde la cocina al oírlo cantar a todo pulmón en una madrugada en la sala de mi casa.  Dijo que era la primera serenata que me regalaba ahora que está aprendiendo a tocar su guitarra que cariñosamente llama Metallica.

La historia, ya lo dije una vez en este rincón, no ha sido fácil.  No han faltado las terceras personas que han tratado de destruir lo nuestro, pero el amor siempre ha estado ahí, a nuestra manera.

Desde hace poco dejé de idolatrar esa red social, pues luego de esa felicidad me trajo muchos sinsabores que quiero olvidar y desterrar de mi pasado y pensamientos.  Así que el primer paso era eliminar esa cuenta y no usarla jamás.

Hoy estamos juntos, a nuestra manera… gracias a ese antojo extraño y nada común de comer nieve.



jueves, 18 de agosto de 2011

No lo lleva en la sangre porque no se puede...

Lo que le debía desde el 14 de febrero ya está plasmado en su ser...  Así es su new tatoo, bueno, está mejorado por Ritual...


Otra misión cumplida.

viernes, 12 de agosto de 2011

Malos espíritus

Hoy S y yo tocamos un tema escabroso que ha ido y venido en los últimos casi cuatro meses.  Algo que estuvo a punto de derrumbar lo nuestro.

Ahora podemos platicarlo sin enojarnos, porque al principio era motivo de trifulca-civilizada.

Pero, creo que se enojó un poco conmigo, pues llegó un momento que no me dijo ninguna de las formas con las que suele llamarme con cariño y que me reservo.  Me dijo Elena.  Sentí feíto.

Lo bueno es que luego tocamos un tema que teníamos pendiente de resolver fuera de nosotros y ya volvió a decirme como suele hacerlo.

Es cierto que a lo bueno se acostumbra uno fácilmente.

lunes, 8 de agosto de 2011

Dedicada

¿Les gusta Yellow, de Coldplay?, Bueno, pues sépase que esa es MI canción, pues S me la regaló hace unos meses.

Y para “devolverle” el obsequio, aquí le dejo una canción que dice todo lo que yo le quiero decir…




jueves, 4 de agosto de 2011

Ya no le gusta... tampoco

A Randi Zuckerberg, hermana de Mark, fundador de Facebook, ya no le gustó la red social y renunció a su trabajo como directora de Marketing de ese lugar.

Si a ella Ya no le gusta… ¡pues a mí menos!

(Coco-Wash para convencerme que salirme de ese negro y bajo mundo fue lo mejor).

18 días sin Facebook… ya.