Convencida estoy.
Ya no quiero trabajar en donde estoy.
No es que no me guste lo que hago. La verdad es que adoro, estoy enamorada de lo
que hago, pero simplemente el ambiente de trabajo es muy pesado.
Han sido 19 meses muy difíciles de sobrellevar con quien
hace las veces de jefe.
No quiero entrar en detalles porque no acabaría, pero he
aceptado desde hace un par de meses que estoy siendo objeto de una especie de bullying
laboral y estoy muy decepcionada.
Lamento mucho haber abandonado mis tres trabajos que tenía,
pues no sólo los perdí, sino que dejé de recibir lo que ellos me daban, pero
sobre todo, la tranquilidad de trabajar en un buen ambiente.
Hace casi 9 años, cuando me despidieron en el 2005 de este
mismo empleo, juré por todo y ante todo que volvería. No sé qué estaba pensando.
Hoy ya tengo varias semanas buscando nuevos horizontes.
Dios quiera que se de.
No quiero que pase mucho tiempo antes de poder colocarme en
un mejor lugar, con mejores personas.
Espero sea rápido porque el hecho de ser mamá y que todos
los días mi hijo me despierta con una sonrisa es lo que ha evitado que caiga en
una profunda depresión.
Me cuesta mucho venir al trabajo.
Me cuesta mucho
dirigirle la palabra y el verlo me provoca aversión. Nunca había detestado tanto a una persona,
pero el hecho de que sea tan miserable y
abusivo no puede provocarme otro sentimiento.